Ya no quedan dudas de que Foxconn es un gigante. No es sencillo dejar a un lado las cosas que han sucedido en sus fábricas, incluyendo suicidios y motines, pero de la misma forma no se puede negar el crecimiento que Foxconn ha experimentado. En julio de 2011, su CEO Terry Gou decidió redoblar la apuesta, anunciando que la empresa instalaría un millón de robots en sus plantas. El esfuerzo será titánico, especialmente en lo económico, y aunque ya resulta imposible que se cumplan las metas originales, la última información indica que el proceso de automatización ha sido iniciado.
Recuerdo muy bien que tenía una placa base de marca Foxconn. En ese mercado, Foxconn siempre había sido considerado como un fabricante de productos “genéricos”. Ha pasado mucho tiempo, y Foxconn sigue fabricando placas base, pero está claro que su presencia se extiende mucho más allá. Apple tal vez sea la empresa cuya asociación con Foxconn tenga mayor exposición mediática (gracias a productos como el iPhone y el iPad), pero a la lista se suman otros gigantes como Microsoft, Amazon, Sony y Nintendo. La legión de trabajadores de Foxconn asciende a 1,5 millones de personas, y hemos visto prácticamente de todo. Suicidios, motines, sabotaje y trabajo infantil. Ahora, llegan los robots.
En julio de 2011, el CEO de Foxconn Terry Gou hizo un anuncio en extremo ambicioso: La instalación de 300 mil robots para fines de 2012, elevando a la cantidad a un millón en 2014. Sin embargo, la instalación de los primeros diez mil se realizó durante noviembre pasado, lo cual revela que los planes de Foxconn van mucho más lento de lo que se esperaba. En junio pasado, el CEO de Foxconn bajó las expectativas, y habló de la aplicación de robots para tareas “monótonas y repetitivas”. La empresa necesitará entre cinco y diez años para colocar en línea a sus primeras plantas completamente automatizadas, con un costo que oscila entre dos mil y diez mil millones de dólares. A esto también se le suman los cambios repentinos en la tecnología de consumo. Los ciclos de producción son más cortos, quebrando la dinámica e incrementando los costos. Uno de los ejemplos más recientes está en el iPad, cuya tercera generación solamente duró nueve meses.
Al final, la intención de Foxconn es clara. Una fábrica automatizada es una fábrica que no cierra (aunque dudo que las plantas de Foxconn cierren de todos modos). Obviamente Foxconn seguirá necesitando de personal “de carne y hueso”, pero no en el nivel que los necesita ahora. Y también se abre un nuevo espacio para la discusión. ¿El robot “reemplaza” a los humanos, o los ayuda a ser más productivos? Hay ejemplos de ambos lados. El caso de Foxconn inevitablemente nos llevaría a ingresar en terrenos de política económica, algo que no deseo hacer en este momento. Además, lo cierto es que Foxconn tal vez no sea el único en adoptar la automatización a esa escala. Recientemente Apple anunció que fabricará algunas de sus Macbooks en Estados Unidos, y la clave para que esto sea posible, estaría en el uso de robots, una idea defendida por el mismo diseño Unibody que Cupertino utiliza en sus sistemas.