Hay una enorme cantidad de cosas para decir sobre BASIC, pero su legado es mucho más poderoso si se las toma en conjunto. Se trata de un lenguaje que abrió las puertas de la programación a millones de personas, que nos divirtió con sus juegos, que nos enseñó, y que incluso nos ayudó a crecer. BASIC cumple 50 años, y es nuestro deber celebrarlo.
10 PRINT “LOS QUE TENGAN MENOS DE 25 TAL VEZ NO SEPAN LO QUE ES ESTO”
20 GOTO 10
RUN
Cada vez que encendía mi Commodore 64, allí estaba la leyenda: “BASIC V2”. No sabía cuál era su significado. Después de todo, siempre usé a ese ordenador como una especie de “consola”, presionando Play en el datasette o disparando el clásico LOAD “*”,8,1 con el 1541. Dicho de otra manera, fui uno de esos “paganos” que usaba al sistema para jugar en vez de escribir código. Tenía apenas ocho años, y en ese entonces pensaba más en pasar el nivel 12 del Giana Sisters que en aprender un nuevo idioma. Pero ese simple “BASIC V2” ya cargaba con una historia impresionante sobre sus hombros. Aunque cada fabricante lo implementó de la forma que más que convenía (las limitaciones de hardware eran un factor a tener en cuenta), el punto de partida era el mismo. Y ese punto nos lleva al 1 de mayo de 1964. ¿La hora? Algo así como las cuatro de la mañana. El lugar era el Dartmouth College, y los responsables John G. Kemeny y Thomas E. Kurtz, profesores de matemática y ciencias de la computación.
El problema era sencillo de interpretar, aunque muy complicado de resolver: Los ordenadores solamente eran usados por expertos. Tanto FORTRAN como ALGOL ayudaban a su manera, pero en todos los casos se requería un conocimiento técnico considerable. Los sistemas “time-sharing” permitían que una cantidad cada vez mayor de personas pudiera aprovechar los recursos de un único ordenador, sin embargo, se necesitaba algo más “amigable”. Así fue como Kemeny y Kurtz comenzaron a trabajar sobre el lenguaje original, “Beginner’s All-purpose Symbolic Instruction Code”, o simplemente BASIC. Y el mundo de la informática cambió para siempre. Están quienes creen que fue realmente BASIC el que puso la “P” en “PC”. El usuario ya no sentía que debía hablar con un titán electrónico llegado de Marte, sino que se comunicaba con palabras comunes y expresiones matemáticas dentro de su comprensión. Hoy, el concepto de “saber programar para saber informática” provoca carcajadas entre los millones de usuarios de laptops, tablets y smartphones. Con la aparición de BASIC, ese concepto podía ser realidad.
Todo buen software necesita hardware que lo acompañe. Esto llevó a que BASIC y los ordenadores hogareños se transformaran en el gran dúo dinámico (lo lamento por Batman y Robin) de los ‘70 y los ‘80. De hecho, BASIC sirvió como piedra fundamental para la creación de una compañía que todos conocemos bien, y para que cierto muchacho de nombre William dejara sus estudios en Harvard y se convirtiera en el hombre más rico del planeta. También fue el elemento principal de la historia “Carta Abierta a los Hobbistas”, uno de los primeros conflictos documentados sobre reclamos de propiedad intelectual en software. Parece difícil de creer, pero BASIC tuvo sus críticos. Uno de los más renombrados, y por cierto más duros, fue Edsger Dijkstra, quien consideraba a BASIC como una “mutilación mental” que impedía a los estudiantes aprender programación… aunque no era el único blanco de sus coloridos adjetivos.
A pesar de esas descripciones, y de cierto roce entre la visión “elitista” y la “democratización” de la programación en ordenadores, BASIC se convirtió en un estándar. Sus creadores nunca pensaron que el lenguaje iría más allá de Dartmouth, pero fueron verdaderos visionarios al imaginar que cada estudiante en el campus debía tener acceso a un ordenador. El éxito fue rotundo: Apenas tres años después de su creación se calculaba que al menos dos mil alumnos habrían asimilado el conocimiento necesario en BASIC para crear y depurar programas. Comenzada la década de los ‘80, ningún ordenador hogareño podía llamarse de ese modo si no contaba con alguna variante de BASIC en su interior. Las anécdotas de Steve Wozniak sobre sus aventuras con BASIC son imperdibles. Docenas de libros fueron dedicados al lenguaje, vendiendo copias por millones. Estas “mutaciones” de BASIC no agradaron del todo a sus creadores originales, pero el genio ya se había escapado de la botella.
Y del mismo modo que alcanzó la cima de la montaña, BASIC comenzó su descenso. La llegada del IBM PC, el MS-DOS, el lanzamiento de la Macintosh, las interfaces gráficas, el incremento en memoria y capacidad de procesamiento hicieron de BASIC una pieza obsoleta. En una época en la que expertos, artistas, y hasta mandatarios tratan de convencer a los más jóvenes de que lean y escriban código, algunos se preguntan si BASIC tiene todavía algo por enseñar, especialmente su capacidad para eliminar barreras y servir de puente entre usuarios y ordenadores. Existen iniciativas como Codecademy, que enseñan código sin costo alguno y con un alto nivel de interacción. Y puede que una parte de esa esencia exista gracias a este histórico lenguaje. ¡Feliz cumpleaños, BASIC! Estamos en deuda.