Listo. Nos cansamos de hablar de los problemas del Large Hadron Collider. A esta altura, si acaso, deberíamos estar narrando los secretos que ha develado, no haciendo una crónica de sus defectos. En breve, si te quieres ahorrar leer la noticia entera, el LHC se apaga hasta fines de marzo de 2009, por motivo del desperfecto técnico sufrido el pasado 19 de septiembre. ¿Es que esta cosa no venía con garantía de fábrica?
La hacemos corta, que ya estamos hartos del tema. El Colisionador de Partículas (lo de Gran nos lo ahorramos, dadas las circunstancias) se apaga hasta fines de marzo de 2009 (más o menos, pero seguro que es más que menos). ¿El motivo? El desperfecto sufrido el pasado 19 de septiembre no era tan inocente como parecía y en el CERN van a necesitar más de dos meses para poner las cosas en orden.
"Viniendo de un inicio de operaciones muy exitoso, este es un gran golpe psicológico”, dijo Robert Aymar, director general del CERN. Todo es subjetivo en este mundo y lo de exitoso nos parece un poco exagerado. Como sea, en el CERN parecen estar muy apenados, y no es para menos. Dejando de lado el cinismo, nuestras más sinceras condolencias, científicos del CERN. A nosotros nos duele más que a ustedes (bueno, tal vez no más, no fuimos nosotros los que gastamos 6.000 millones de dólares, pero sí nos duele).
Volviendo al cinismo habitual con el que ya hemos caracterizado esta sección, nos preguntamos. ¿No habría que replantear el alias ganado por voto popular? Eso de La Máquina de Dios le queda un poco grande al LHC a esta altura. Si Dios hubiese usado esta máquina para crear el universo, probablemente seríamos una raza con grandes defectos, que destruye todo a su alrededor y que no hace otra cosa que matarse en guerras inútiles en pos del… Hey, ¡un momento!
OH, ¡NOOOOOOOOOOOO!
