Desde adornos para frigoríficos hasta discos duros, los imanes ocupan un lugar muy importante en nuestra vidia cotidiana, pero su utilidad es mucho mayor cuando pasamos al campo de la física y el desarrollo de materiales. Un grupo de ingenieros estacionados en la Universidad Estatal de Florida creó recientemente al imán resistivo más poderoso del mundo, con una densidad de flujo magnético que alcanza los 41.4 teslas. Esto lo coloca un 7.5 por ciento arriba de su competidor directo, y queda muy cerca de los diseños híbridos, más complejos y costosos.
Algunos imanes en el mercado son tan poderosos que necesitan ser manipulados con mucho cuidado. Sólo basta con buscar un par de vídeos en YouTube para comprobar la fuerza que poseen, en especial aquellos fabricados con aleación de neodimio. Sin embargo, el imán desarrollado por la Universidad Estatal de Florida va mucho más allá. Un imán permanente de neodimio presenta (en promedio) una densidad de flujo magnético de 1.3 teslas. En cambio, los ingenieros del National MagLab dentro de la universidad crearon un imán resistivo de 41.4 teslas, el más poderoso de su tipo en el planeta. Si tenemos en cuenta que pasar de 1 tesla a 10 teslas requiere cien veces más energía, estamos ante un logro impresionante.
Y hablando de energía, este nuevo imán es una verdadera bestia. Su funcionamiento requiere una potencia de 32 megavatios de corriente continua, y un sistema de refrigeración líquida en el que circulan más de 16 mil litros de agua por minuto. MagLab conservó el récord mundial de densidad de flujo magnético en imanes resistivos durante 19 años, hasta que un desarrollo en la ciudad de Hefei (China) se lo arrebató en 2014 con un imán de 38.5 teslas. Gracias a este flamante imán, bautizado oficialmente como «Project 11», el laboratorio logró recuperar el récord. Por supuesto, no fue nada fácil: Demandó dos años y medio de trabajo, respaldados por una inversión de 3.5 millones de dólares.
Técnicamente, Project 11 no es el imán más poderoso en general. Si estudiamos un poco su historia, el MagLab también creó un imán híbrido de 45 tesla, combinando una unidad superconductora de 11.5 T con otra resistiva de 33.5 T. Aún así, esto le da a la comunidad científica la posibilidad de acceder a una herramienta mucho más robusta, beneficiando a un amplio número de disciplinas.