El Sitio de Sevastopol fue una de batallas más duras de la Segunda Guerra Mundial. Entre el 30 de octubre de 1941 y 4 de julio de 1942, las fuerzas armadas de Alemania enfrentaron a las de la Unión Soviética para conseguir el control de esta base marítima ubicada sobre el Mar Negro. A pesar de contar con armas como el Cañón Dora, las dos fortificaciones artilladas denominadas Máximo Gorki I y II permitieron a los rusos resistir varios meses de ataques continuo. Te contamos cómo estaban construidos estos gigantescos fortines de cemento y acero.
El 22 de junio de 1941, Alemania atacaba las tropas soviéticas apostadas en Polonia, destruyendo la mayor parte de su fuerza aérea y penetrando profundamente en el territorio Ruso. La táctica de la “guerra relámpago” (o “Blitzkrieg”) utilizada por los generales alemanes funcionó tan bien que en poco tiempo eliminaron una buena parte del ejércitos ruso. Hitler, entusiasmado, decidió instruir al XI Ejército para que marchase hacia la región de Crimea, intentando conquistar el valioso puerto de Sevastopol. Por supuesto, los rusos no iban a esperar de brazos cruzados la llegada del enemigo.
Aprovecharon el tiempo disponible para fortificar fuertemente la zona, cavando más de 33 kilómetros de zanjas antitanques, tendiendo unos 56 kilómetros de alambrados de púas contra la infantería, colocando más de 9,600 minas terrestres y modernizando las fortificaciones costeras. La defensa más importante con que contaban eran dos poderosas baterías ubicadas sobre la costa del Mar Negro: la 30th Battery, situada cerca de la aldea de Lyubimovka, y la 35th Battery, situada en el Cabo Quersoneso. Los alemanes, que padecieron en carne propia las cualidades de estas baterías, las llamaron “Fuerte Máximo Gorki I” y “Fuerte Máximo Gorki II” respectivamente.
Cada una de estas fortificaciones contaba con cuatro cañones de 305mm situados en dos cúpulas capaces de girar 360 grados. El alcance de estos cañones era de unos 42 kilómetros, lo que le permitía a cada uno de los fuertes cubrir unos 500 kilómetros cuadrados. Dada su ubicación sobre la costa del Mar Negro, su utilidad primaria era la de defender la zona de los ataques de barcos enemigos, pero como se pudo comprobar a lo largo del desarrollo del Sitio de Sevastopol, también resultaron muy efectivas contra las tropas terrestres. Cuando el ejército alemán llego al lugar en octubre de 1941, contaba con 60 mil hombres, 1.275 cañones y morteros, unos 150 tanques, 300 aviones y el impresionante Cañon Dora, considerado el más grande del mundo. Por cuestiones geográficas, la 35th Battery se encontraba más alejada del sitio por donde aparecieron las tropas alemanas, así que el mayor peso del ataque cayó sobre su gemela. La 30th Battery se encontraba bajo el mando del Teniente Capitán de la Armada Soviética Georgy Alexander, y era una verdadera fortaleza a prueba (casi) todo.
El origen de estas dos fortificaciones es muy antiguo. Habían sido construidas entre 1867 y 1877, y rediseñadas cuando en 1905 quedaron obsoletas frente al poderío de los nuevos cañones navales de los barcos modernos. El diseño de las reformas estuvieron a cargo del profesor de la Academia de Ingeniería Gral. Nikolaev N. Buinicky, que luego de meses de intensos debates con el experto alemán Von Sauer (quien irónicamente sostenía que este tipo de defensa era poco efectiva y obsoleta) logró que el proyecto fuese aprobado en 1912. Los nuevos fuertes, que estuvieron listos en 1934, eran realmente impresionantes.
La pieza fundamental de cada una de estas baterías eran las torres de acero armadas con los dos cañones de 305mm. Para apuntar a sus blancos, cada torre y sus cañones podían ser movidos mediante 17 motores eléctricos o, en casos de emergencia o fallos, manualmente. Esto no era precisamente algo simple, ya que las gigantescas torretas pesaban 1360 toneladas cada una, peso proporcionado en su mayor parte por el blindaje de acero de más de 40 centímetros de espesor. Pero la mayor parte de estos fuertes estaba fuera de la vista: un verdadero laberinto subterráneo de acero y cemento protegían a las tropas encargadas de operar los cañones y sus pertrechos.
Una serie de cuartos y túneles, dispuestos en dos niveles, cumplían la función de bodegas de municiones, estaciones generadoras de electricidad, habitaciones y cuartos de servicios para las tropas y almacén de suministros. Todo este complejo estaba protegido por una capa de concreto de 4 metros de espesor, y media unos 50 metros de ancho por 130 metros de largo. Las municiones y demás elementos necesarios para operar los cañones llegaban al fuerte a través de 6500 metros de vías férreas que conectaban al Máximo Gorki con la estación de tren Mackenzie.
El agua se extraía en el lugar, gracias a dos pozos excavados en los niveles inferiores, dentro de la misma fortificación, y se almacenaba en tres grandes depósitos que también estaban protegidos por la capa de concreto. El centro de mando estaba situado a 37 metros bajo tierra, y había una red compuesta por seis puestos de observación desde los que se avistaban los blancos. Durante la batalla se determinó que esta cantidad de puestos era insuficiente y que muchos disparos fallaban por falta de información correcta, así que se elevó su numero hasta alrededor de veinte.
Los enormes cañones no eran el único armamento que protegía estos fuertes. Tres baterías de artillería y cuatro ametralladoras permitían repeler los ataques aéreos, y cinco ametralladoras pesadas protegidas dentro de casamatas de concreto servían como defensa contra la infantería. En dos meses de batalla, estos cañones habían disparado mas de 1200 veces. Las especificaciones técnicas de los mismos indicaban que luego de efectuar 300 disparos había que cambiar los tubos, ya que se deformaban y perdían precisión.
Esta no era una tarea sencilla, ya que los cañones pesaban 50 toneladas y requería del uso de una grúa capaz de mover 75 toneladas y 60 días de trabajo. Dado que el enemigo estaba a solo 1500 metros y disparaba con todo lo que tenia a mano, el recambio de piezas era casi un suicidio. Pero con la ayuda de expertos proporcionados por el fabricante de los cañones y trabajadores de la Planta de Reparación Nº1127 de la Flota del Mar Negro, se pudieron cambiar los tubos en sólo 16 días utilizando pequeñas grúas de 16 toneladas, más bajas y por ende menos propensas a ser dañadas por los disparos enemigos.
Luego de semanas de asedio, el Comandante del XI Ejército Alemán Gral. Von Manstein decidió que era hora de terminar con la resistencia de esta fortificación. Se concentró un grupo de artillería que incluía morteros de 210mm a 356mm, obuses pesados de 240mm y 280mm, una batería de obuses de 420mm, la batería de 420mm “Gamma” de 140 toneladas y morteros autopropulsados de 615mm. Pero la carta fuerte de los alemanes era, sin lugar a dudas, el cañón “Dora”, una bestia de 800mm capaz de disparar proyectiles de hasta 8 toneladas y que era, por lejos, el arma de artillería más grande jamás construida.Sus disparos podían penetrar losas de concreto de hasta 8 metros de grosor.
Inevitablemente, y luego de resistir heroicamente, la 30th Battery Máximo Gorki fue destruida. Años más tarde, sobre el final de la Segunda Guerra Mundial, cuando los soviéticos llegaron a Alemania capturan archivos confidenciales que incluían planos, datos de ingeniería y una completa descripción de la 30th Battery. Estos habían sido realizados por ingenieros alemanes tras la caída de Sevastopol, y detallaban la composición química de la pólvora utilizada, gráficos de la resistencia de los tubos de cañón y, con admiración, describían a la batería como “una obra maestra de ingeniería militar”. No era para menos: esa fortificación había retrasado la conquista de Sevastopol durante meses.