Parece que le van viendo las orejas al lobo. Los países más ricos del mundo quieren pactar un límite de 2 grados al calentamiento global, límite máximo que han fijado los científicos para no acabar con el planeta definitivamente. Pretenden alcanzar un compromiso concreto para llevar a cabo las acciones necesarias que conseguirían detener el peligroso rumbo que ha tomado nuestra sociedad con respecto al clima. Ya era hora de tomar medidas concretas. Ahora sólo falta que EEUU les deje hacerlo (entre otros).
Los científicos no paran de gritar, avisando a los gobiernos del mundo que nos encontramos en una situación crítica que puede derivar en catástrofes inimaginables. Algo de efecto debe haber producido en los mandatarios que detentan el poder en el planeta porque el G-8 trata de ajustar un límite concreto para que no alcancemos el nivel crítico que los investigadores han fijado en 2 grados. Sin embargo, la administración Obama, como antaño, se resiste a aceptar un compromiso tan concreto y trata por todos los medios de difuminar esos límites para no embarcarse en el compromiso que proponen el resto de países miembros del G-8. Recordemos que EEUU es el país que mas contamina del mundo, por tanto, reducir sus emisiones tanto como para no sobrepasar los 2 grados que se consideran el máximo para no entrar en barrena climática, les costaría un esfuerzo económico inviable tal y como andan las cosas actualmente.
La pugna deberá resolverse en la cumbre mundial sobre cambio climático que se celebra en diciembre en la ciudad de Copenhague, momento y lugar donde se fijarán las bases del que será el sustituto del fallido protocolo de Kyoto. Ya existe un borrador del nuevo documento en Italia donde se reafirma la intención de llegar a un acuerdo para no alcanzar los 2 grados que el informe científico del Panel Intergubernamental de Cambio Climático ha señalado como límite de peligro. Pero alcanzar estos objetivos exigen un tremendo esfuerzo por parte de la industria y del transporte, que son los sectores considerados los culpables principales del calentamiento global. El texto del documento dice: “Reiteramos el objetivo de lograr una reducción de al menos un 50% de las emisiones globales para 2050, reconociendo que eso implica que las emisiones globales necesitan alcanzar su punto máximo en 2020”.
Estados Unidos no se muestra de acuerdo con esos objetivos y alega que “cualquier negociación sobre cifras debería ser asumida en el contexto de las negociaciones” en Naciones Unidas de un nuevo tratado sobre el clima. Y además, también afirma que el compromiso debería ser revisado por las grandes economías del mundo, como China e India. Se amparan en que “las grandes economías emergentes jugarán un papel importante a la hora de fijar cualquier objetivo global y deberían, como mínimo, formar parte en la discusión“, argumentan los americanos. Cabe destacar que Rusia, Japón y Canadá se niegan también a firmar el objetivo de los 2 grados. Prefieren basar sus esfuerzos para evitar la crisis climática en trabajar sobre las emisiones no sobre límites de grados.
Seguramente nos encontraremos con un nuevo escollo por parte de los grandes países que ven los planes de Europa para frenar el calentamiento global como una amenaza a sus economías. El caso es que el uno por el otro y la casa sin barrer. Ya puestos, podrían alegar que para qué vamos a hacer nada si ya es irreversible. A vivir la vida que son cuatro días y todos al horno. Saldremos tostaditos dentro de unas cuantas décadas.
