Lo primero que le viene a la mente a cualquier persona que todavía conserva un viejo televisor de tubo es tirarlo a la basura, en especial cuando lo compara con la definición, la delgadez y el bajo peso de los nuevos paneles LED.
Sin embargo, existe un importante número de entusiastas que se dedican a reparar, restaurar y preservar estos aparatos, a los que se suman un puñado de profesionales como Chi-Tien Lui, ingeniero eléctrico que ha compartido su habilidad con instituciones al nivel del Museo de Arte Moderno, y el Smithsoniano.
El oficio de reparar de Chi-Tien Lui
Reemplazar un par de capacitores en una fuente de alimentación no es complicado. Todo lo que se necesita es media hora en YouTube, un soldador, un par de sesiones para practicar, y tomar precauciones básicas, como descargar completamente a la fuente antes de trabajar sobre ella (algunas hacen eso solas, otras requieren ayuda).
Pero cada dispositivo posee sus propios demonios, y a la hora de enfrentar a una vieja televisión de tubo… digamos que son muchos. Problemas de geometría, ruidos de alto voltaje en el interior, pérdida de audio, colores individuales que fallan y el clásico agotamiento del CRT son algunos de los desafíos más destacados.
Acumular experiencia es crítico en la reparación de pantallas de tubo (ya sean televisores comunes, unidades PVM, recreativas o monitores de ordenador), y eso nos traslada a Manhattan, donde un ingeniero eléctrico sigue dando pelea.
Comprar un televisor en los Estados Unidos a fines de los ‘60 era dentro de todo fácil; mantenerlo en funcionamiento, no tanto. Chi-Tien Lui fundó su compañía CTL Electronics en el año 1968, y desde entonces ha sido un testigo privilegiado de la evolución televisiva.
La televisión en sí no era solamente un nuevo medio para distribuir información y entretenimiento, sino que cargaba con un potencial artístico impresionante. Su tienda de reparación se convirtió en una especie de templo electrónico que todo artista debía visitar para conocer lo último de lo último en audio y vídeo.
Nombres del calibre de Andy Warhol, John Lennon y Francis Ford Coppola pasaron por allí, pero Chi-Tien Lui no se limitaba a venderles equipo. También había un proceso de personalización que respondía a sus deseos y exigencias.
Hoy, Chi-Tien Lui es el hombre al que buscan espacios como el Instituto Smithsoniano, el Met, el Museo Guggenheim de Nueva York y el Museo del Arte Moderno para realizar tareas de conservación.
Todas sus obras basadas en electrónica de tubo pueden fallar en cualquier momento, y es él quien las hace regresar de la oscuridad, protegiendo su apariencia original. Es evidente que Chi-Tien Lui se divierte en su trabajo a pesar de las dificultades, y desde cierto punto de vista, lo envidio un poco por eso.
(Del Archivo de NeoTeo, originalmente publicada el 28 de abril de 2018)