La carrera que mantiene en vilo a la comunidad científica está a punto de llegar al final. Los estadounidenses andan destacados en la primera posición y los europeos les siguen a mucha distancia, con el LHC averiado. El Fermilab, con su poderoso Tevatrón, acaba de realizar un descubrimiento que coloca al huidizo Bosón de Higgs casi al alcance de sus dedos. Ya queda menos para desvelar el emocionante final de este apasionante culebrón científico.
Los científicos parecen seres de otro mundo. Máquinas de inteligencia superior entregadas a sus investigaciones que no tienen otras miras que lograr respuestas a sus eternas preguntas. Sin embargo, son personas. Y como tales, sujetas a las veleidades de los sentimientos e incluso de las cosas más mundanas como los intereses económicos. Se han invertido enormes cantidades de dinero en los aceleradores de partículas y todos quieren ser los primeros en descubrir el mítico Bosón de Higgs. Se está convirtiendo casi en una cuestión de honor, sobre todo teniendo en cuenta que el LHC es una mole de material, ciencia y dinero que está considerada la mayor construcción de la historia de la humanidad. Sin embargo, el Fermilab representa un conjunto mucho más modesto pero tremendamente efectivo, tal y como viene demostrando estos últimos meses. Ambos buscan el conocimiento, por supuesto, pero también la gloria.
¿Qué tiene este Bosón de Higgs que tanto revuelo causa? Esta estrella mediática del panorama científico lo tiene todo para hacer caer rendida a sus pies a la madre ciencia. Es rico, es guapo y es inteligente. Es rico porque se llevan invertidos millones de euros en tratar de sacarlo de su escondite. Es guapo porque la belleza matemática de su existencia confirma el Modelo Estándar de la física. Y es inteligente porque su física apenas la comprenden los cerebros más capacitados de la ciencia. Una joyita, el chico. Y precisamente ha sido el David de este poderoso choque de titanes, el que ha avanzado un paso más en la búsqueda de este escurridizo Bosón, que trae de cabeza a toda la comunidad científica. En el Tevatrón, la versión “pobre” del LHC, se ha descubierto un hecho que ha revolucionado a los físicos ya que acerca el final de esta loca carrera por encontrar el Bosón.
Por primera vez en la historia se han observado desintegraciones hadrónicas en pares de bosones vectoriales WW/WZ/ZZ. Unas 1.500 desintegraciones en el CDFII, un detector muy avanzado del Tevatrón. De ellas 5 podrían ser del bosón de Higgs. Cuando se observen 45.000 unas 40 podrían ser Higgs. Esta señal es muy importante como primer paso en la búsqueda de un bosón de Higgs de baja masa, muy difícil de detectar porque casi siempre se desintegra en quarks b sobre un fondo de billones de quarks b. Hay que tener en cuenta que rara vez se desintegra en un par de bosones vectoriales. Nadie los había observado pero todo el mundo sabía que existían. Había evidencia sobre las desintegraciones de los dibosones pero esta es la primera vez que se confirma definitivamente el fenómeno. El nuevo hallazgo del Tevatrón aumenta las posibilidades de que los americanos den la sorpresa y se lleven el Premio Nobel por el descubrimiento del bosón de Higgs.
De todos modos, este descubrimiento, por sí solo, confirma con precisión el Modelo Estándar de la Física. Luego, el premio final de encontrar el Bosón de Higgs será cuestión de apenas un año. Mientras tanto, el LHC posee unas características que lo hacen inferior al Tevatrón en detectar bosones de Higgs y tardarán mucho más tiempo en encontrarlo. Sobre todo teniendo en cuenta que el LHC aún tiene que reparar la avería que le paralizó hace meses y que todavía no les permite arrancar el colisionador hasta finales de año. Suponemos que compensarán con otro tipo de descubrimientos, pero si los europeos no lo impiden, el caprichoso Bosón seguramente se casará con la más humilde, como en las películas de Hollywood con final feliz y moraleja incluida.