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El escudo protector inflable de la NASA

A pesar de estos tiempos económicamente difíciles, en los que no se tiene ninguna duda a la hora de recortar gastos sobre proyectos que pueden ser considerados "no críticos", la tecnología espacial sigue encontrando formas para evolucionar. Sabemos que el procedimiento de "reentrada" a la atmósfera es uno muy delicado, y que ante la primera falla se pueden perder millones en materiales en el mejor de los casos, y vidas humanas en el peor. Buscando mejorar los diseños actuales de blindajes térmicos, la NASA ha desarrollado un escudo protector que abandona el clásico concepto de materiales duros y pesados, para volcarse hacia la idea de un globo inflable y liviano.

Si bien permanecer en la órbita planetaria es una tarea titánica, los riesgos aumentan de forma considerable cuando el siguiente paso es reingresar a la atmósfera. Muchos de nuestros lectores recordarán el trágico accidente ocurrido hace más de seis años, que derivó en la destrucción del transbordador espacial Columbia, provocando la muerte de sus siete tripulantes. Una serie de eventos durante su despegue generaron un daño en el blindaje térmico ubicado bajo el ala izquierda del transbordador, lo cual hizo que se desintegrara durante su reentrada a la atmósfera. Probablemente no haya forma más cruda y dolorosa de confirmar la importancia de los blindajes térmicos no sólo en los transbordadores, sino en cualquier clase de nave diseñada para lograr una reentrada atmosférica.

Las placas cerámicas y el carbono reforzado han sido los materiales por excelencia para esta tarea, pero la NASA ha creado una especie de escudo inflable, hecho de una forma especial de Kevlar cubierto con una capa de silicio. El escudo, con un diámetro de tres metros y una forma que se asemeja a un hongo, fue inflado utilizando nitrógeno. Se lanzó un cohete hasta alcanzar una altura de unos 211 kilómetros, luego fue liberado de su cubierta e inició su inflado programado al encontrarse a una altura de 199 kilómetros. El tiempo que le tomó al escudo inflarse por completo fue de apenas noventa segundos.

Además de poder ser utilizado de forma "local" (nos referimos al planeta Tierra), la idea detrás del escudo inflable es poder trasladar más material a la superficie de Marte. Los blindajes actuales, si bien eficientes en su medida, son pesados y plantean una serie de problemas. El escudo inflable es muy liviano, y permitiría el envío de una cantidad mayor de masa, reduciendo de forma considerable los riesgos de un accidente tanto durante la reentrada como durante la caída libre. Además de comportarse como barrera térmica, el escudo inflable actuará como sistema de desaceleración, lo que en términos sencillos, impedirá que las cosas no terminen estampadas contra el suelo. La primera prueba ha sido todo un éxito, y si bien el escudo no será recuperado, abre la puerta para toda una nueva forma de protección térmica, más allá de que el concepto original tenga más de cuarenta años.

Escrito por Lisandro Pardo

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