La NASA acaba de anunciar que el transbordador Endeavour y sus seis tripulantes, entre los que se incluye un italiano, aterrizaron según lo previsto y sin problemas en Florida, en el sureste de los EE.UU. Este ha sido el último viaje del Endeavour y el penúltimo del programa de transbordadores espaciales de la agencia, que ha durado unos 30 años. El vehículo espacial reutilizable se retira luego de haber realizado 25 vuelos y recorrido unos 198 millones de kilómetros, orbitando nuestro planeta 4,671 veces. El 8 de julio, con la ultima misión del Atlantis, el programa de transbordadores será cerrado definitivamente.
El transbordador espacial estadounidense Endeavour y sus seis tripulantes aterrizaron por última vez ayer, tal como estaba previsto y sin ningún problema. El aterrizaje tuvo lugar en Florida, Estados Unidos, en las instalaciones del Centro Espacial Kennedy. El descenso se había iniciado 65 minutos antes, cuando la nave abandonó la órbita terrestre y fue reduciendo su altura y velocidad, para tocar tierra a sólo 360 kilómetros por hora. El Endeavour se aproximó a la pista sobrevolando América Central, desde el golfo de México, mientras que el piloto automático se hacia cargo de todos los ajustes necesarios. El comandante Mark Kelly tomó el mando en los últimos minutos, conduciendo el enorme planeador de 100 toneladas directamente hacia la pista después de efectuar un viraje de 245 grados. “Es triste verlo aterrizar por última vez, pero realmente deja un gran legado”, dijo Kelly momentos después del aterrizaje numero 25 (y último) de esta nave.
Los seis tripulantes de la última misión del Endeavour fueron el comandante Mark Kelly, el piloto de la misión, Greg Johnson; los especialistas Fincke, Chamitoff y Feustel; y el astronauta de la Agencia Espacial Europea Roberto Vittori. El Endeavour era el transbordador más joven de la flota espacial de vuelo, que también incluye al Discovery y el Atlantis, ya que se lo construyó después del desastre del transbordador Challenger, que estalló tras su lanzamiento en enero de 1986, catástrofe en la que murieron siete astronautas. El Endeavour culminó la misión STS-134, una aventura de 16 días de duración que tuvo como destino la Estación Espacial Internacional (EEI), en donde se instaló el Espectrómetro Magnético Alpha (AMS), un instrumento de 280 millones de euros desarrollado por 16 países entre ellos España, que ha aportado el 4% de su coste total. Este dispositivo tiene como objetivo determinar si en el universo existen restos de la antimateria primaria que, de acuerdo con la teoría del Big Bang, debió existir en el Universo primigenio. Para hacerlo, analizará los rayos cósmicos, proporcionando además información valiosa sobre las dosis de radiación a las que podrían exponerse los astronautas que participen de futuros viajes espaciales de muy larga duración, a la vez que recopilará datos útiles para establecer la naturaleza de la enigmática materia oscura.
Luego de acoplarse a la Estación Espacial Internacional, los astronautas sometieron la nave a una revisión de dos horas utilizando un dispositivo con tecnología en 3D para determinar si un golpe que se produjo en la zona inferior de la nave durante el despegue había ocasionado alguna clase de daño que pudiese complicar su reingreso a la atmósfera. Afortunadamente los resultados demostraron que nada importante había ocurrido.
En esta misión también se produjo una videoconferencia única, que enlazó a los tripulantes de la nave y la EEI con el papa Benedicto XVI. Instalado en el Vaticano, el representante de la Iglesia le transmitió a los tripulantes su admiración por la valentía y el compromiso que demuestran al llevar a cabo las misiones espaciales. “Estoy muy feliz de tener esta oportunidad extraordinaria de poder conversar con vosotros durante vuestra misión. Sobre todo, estoy honrado de poder hablar con muchos de vosotros. En este momento la humanidad está atravesando un periodo de gran progreso desde el punto de vista del conocimiento científico y las aplicaciones tecnológicas“, afirmó el papa. ”Sois los representantes de esta tecnología, con la que lleváis adelante la capacidad humana y las nuevas posibilidades del futuro, que hacen mejor nuestra existencia de todos los días. Admiro vuestra valentía y vuestro compromiso para el que os preparáis toda la vida“, expresó durante la comunicación, que duró unos 20 minutos y fue transmitida en directo desde la Biblioteca Vaticana.
