De una forma u otra, todo dispositivo que depende de una batería necesita restaurar su carga. Desde optimizaciones de software hasta unidades externas listas para usar, hemos adoptado cada técnica y truco concebible, pero un grupo de ingenieros en la Universidad del Sur de Dinamarca decidió enfocarse en el método, y no en la batería. Su resultado es un «dron vampiro» que puede reconocer líneas eléctricas, y colgarse de ellas automáticamente para recargar sus baterías internas.
Si ignoramos todas las referencias a videojuegos como Breath of the Wild y Kerbal Space Program, la Web nos presentará varios resultados relacionados al concepto de vuelo perpetuo. Desarrollar un vehículo que pueda mantenerse en el aire sin necesidad de bajar a tierra para repostar es ciertamente tentador, y así llegamos a la Universidad del Sur de Dinamarca, que presentó un «dron vampiro» con el potencial de volar para siempre.
Un dron que carga sus baterías con cables de alto voltaje
El equipo responsable explica que este dron puede operar cerca de las líneas eléctricas y permanecer allí por largos períodos de tiempo, sin intervención humana. El proyecto dio sus primeros pasos en el año 2017, cuando el profesor Emad Ebeid tuvo la idea de combinar aplicaciones de drones con el proceso tradicional de inspección de líneas, que requiere el uso de helicópteros y un alto nivel de preparación. Los drones surgen como una alternativa natural, pero su limitada autonomía (entre 30 y 40 minutos) obligaría a mantener un equipo en tierra. Al aprovechar las propias líneas de alta tensión, el problema de la autonomía es eliminado de la ecuación.
Obviamente, el siguiente paso no fue nada sencillo, porque los drones no están diseñados para interactuar con otros elementos (que no sean el aire y el suelo, por supuesto), pero los ingenieros dieron con una solución que combina sensores, inteligencia artificial, y un mecanismo electromagnético de acople. El dron se aproxima por debajo de la línea, y cuando los sensores detectan que se encuentra en la posición correcta, el mecanismo se cierra de inmediato.
Ahora, ¿cómo pueden cargar el dron sin que se convierta en una bola de fuego? En una palabra, inducción. Una bobina le permite obtener energía del campo magnético que rodea al cable, y dependiendo de su voltaje, la batería del dron tardará entre 30 minutos y 6 horas para recuperar su carga. Las pruebas iniciales han sido muy positivas (acumula cinco sesiones de recarga y dos horas de vuelo sin intervención humana), pero ahora llega el turno de proteger a todo el sistema frente a la hostilidad del clima.
Fuente: FastCompany
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Una gran idea
A esto le llamo robo de energía, se greagan a las perdidas: recarga de drones vampiro.