La era tecnológica nos ha brindado maravillas que sólo se encontraban en nuestros sueños hace algunos años, pero todas estas ventajas también tienen sus efectos negativos. Uno de ellos es el desperdicio electrónico, denominado e-waste. El recambio electrónico es tan rápido y frecuente, que una enorme cantidad de dispositivos se vuelven obsoletos en tiempo récord, y terminan su existencia en un vertedero. De acuerdo a un informe de Naciones Unidas, el e-waste se verá disparado hacia el año 2020, afectando a diferentes países.
Lamentablemente, en la mayoría de los países la basura electrónica es tratada de la misma manera que la basura convencional, y termina siendo arrojada en un vertedero o en lugares pobremente adecuados para ello. Alguien puede pensar que una placa expuesta al ambiente no es del todo perjudicial, pero nada está más lejos de la verdad. En componentes electrónicos descartados es posible encontrar elementos peligrosos como mercurio, cadmio o plomo, los cuales son liberados al ambiente por procesos de reciclado defectuosos que sólo buscan obtener metales preciosos como el oro y la plata.
Un reporte presentado por el Programa Ambiental de Naciones Unidas, nos muestra un panorama preocupante. Las cantidades de desperdicio electrónico están muy lejos de reducirse: De hecho, se espera un aumento significativo de la basura digital dentro de los próximos diez años. En India, el desperdicio electrónico aumentará cinco veces, mientras que en países como Sudáfrica y China, aumentará entre dos y cuatro veces. En la actualidad, la basura generada por teléfonos móviles obsoletos en China ha aumentado siete veces desde el año 2007, y unas perturbadoras dieciocho veces en India. Aún así, el país que más desperdicio electrónico posee sigue siendo Estados Unidos, con unas tres millones de toneladas, seguido de cerca por China con 2.3 millones. En muchos países, los protocolos de reciclado electrónico son inexistentes, por lo que esta basura es exportada a estos mega-vertederos electrónicos.
Achim Steiner, director ejecutivo del Programa Ambiental de Naciones Unidas, menciona que este reporte plantea una nueva urgencia para aplicar procesos "ambiciosos, formales y regulados" que permitan recolectar y administrar el desperdicio electrónico a través de "grandes y eficientes" centros de procesamiento en China. El desperdicio electrónico es un problema que no sólo está presente en Oriente. Países como México y Brasil también podrían verse afectados por esta clase de basura si no implementan programas firmes que permitan un procesamiento adecuado. Además, un reciclado eficiente de este desperdicio abre posibilidades ya conocidas: Fuentes de empleo, reducción de gases y recuperación de metales preciosos muy utilizados en electrónica como oro, plata, paladio e iridio.