Este miércoles, por segunda vez en menos de una semana, los astronautas Suni Williams y Hoshide Aki salieron de la Estación Espacial Internacional (EEI) para realizar reparaciones en el exterior. Pero la novedad es que, luego de pasar unas 8 horas en el espacio intentando limpiar unos pernos que debían ajustar para mejorar la provisión de energía, consiguieron hacerlo con una improvisada herramienta basada en un cepillo de dientes. Si, tal como lo lees: estos MacGyver del espacio repararon la EEI, valorada en unos 100 mil millones de dólares, con un cepillo de dientes como el que tienes en casa.
La Estación Espacial Internacional (EEI), ese puesto de avanzada de la humanidad en el espacio, acaba de ser “salvada” gracias al ingenio de sus ocupantes. En efecto, luego de realizar una caminata espacial de más de 8 horas de duración, los astronautas Suni Williams y Hoshide Aki no habían conseguido ajustar unos pernos que son parte de una pieza llamada unidad de conmutación de bus principal (MBSU). Esa pieza, en pocas palabras, es la responsable de buena parte de la energía eléctrica que los paneles solares proveen a la estación espacial, por lo que era indispensable que quedase correctamente instalada.
Sin embargo, a la hora de ajustar estos pernos, descubrieron que algunas virutas de metal que habían quedado accidentalmente alojadas en los huecos de las roscas impedían llevar a cabo la reparación. Afortunadamente, el ingenio de los astronautas les permitió salvar la situación. Utilizaron un cepillo de dientes, modificado para que pudiese ser “operado” con los guantes de los trajes espaciales, para limpiar los alojamientos de los bujes y, finalmente, aseguraron la MBSU.
Resulta muy llamativo que una pieza de altísima tecnología valorada en unos 100 mil millones de dólares como es la EEI, pueda ser salvada por un simple y corriente cepillo de dientes que cuesta no más de 3 dólares. Gracias al ingenio de estos astronautas los niveles de energía en la EEI serán los adecuados, y el cepillo de dientes modificado seguramente irá a parar al museo de la NASA.