La relación entre conductores y ciclistas es tensa en el mejor de los casos, mientras que en el peor, bueno… basta decir que los golpes de puño y los accidentes no son algo raro de ver. Lo ideal sería que exista algún método para que coches y bicicletas puedan compartir las mismas calles de forma segura, y Volvo cree tener una solución práctica con su concepto de casco inteligente, que carga la ubicación de ciclistas y conductores en la nube, con el objetivo de protegerlos a ambos.
Algunas ciudades se han adaptado muy bien al uso de la bicicleta, y otras aún se encuentran nadando en ese mar caótico que enfrenta a ciclistas y conductores como si fueran Montescos y Capuletos. Por un lado, los ciclistas argumentan que los coches son contaminantes, poco eficientes y ruidosos, mientras que los conductores acusan a los ciclistas de perjudicar el flujo del tráfico, de ignorar por completo semáforos y señales, y de poner en riesgo sus vidas con maniobras extrañas. Lamentablemente estamos ante todo un dilema, porque ambas partes tienen un poco de razón. Por un lado, es absurdo ver coches enormes ocupados por una sola persona en una ciudad colapsada, y por el otro, el ciclista que ignora semáforos no es precisamente un mito.
Hay veces en las que todo termina muy feo, y en un choque directo, el ciclista lleva las de perder. En un intento por evitar eso, la gente de Volvo ha presentado un concepto de casco inteligente que se conecta a la nube con la ayuda de un smartphone. Básicamente, el objetivo es que tanto ciclistas como conductores carguen su ubicación al sistema, y a partir de allí, Volvo advierte a ambos cuando están por cruzarse. El ciclista recibe una alerta con vibración y luces en su casco, y el conductor visualiza la advertencia de aproximación en su parabrisas. Este concepto ha sido desarrollado en conjunto con la compañía sueca POC, y con la gente de Ericsson, ya alejada completamente de los teléfonos móviles.
Los números que acompañan al concepto de casco inteligente son escalofriantes. El 55 por ciento de todos los accidentes fatales de ciclistas en la Unión Europea ocurren en áreas urbanas. Alemania, Holanda y Polonia reportaron en 2012 que el 85 por ciento de las muertes entre ciclistas fueron provocadas por accidentes en cruces de calles, y el Reino Unido indica que las lesiones serias entre ciclistas aumentaron un 31 por ciento entre 2009 y 2013. En otras palabras, hay más ciclistas en la calle, pero esto inevitablemente llevará a una mayor cantidad de accidentes, a menos que sistemas como el de Volvo se hagan realidad. El concepto y sus responsables harán acto de presencia en el próximo CES.