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El avión robótico autónomo del MIT (vídeo)

Muchos de los aviones robóticos que se están desarrollando en varios laboratorios de las universidades son capaces de aterrizar por sí solos y sus habilidades muestran una “independencia” cada vez mayor de los humanos detrás del control remoto. Investigados e impulsados por la intención militar y admirados por el ingenuo pensamiento que les da utilidad futura como rescatistas  de bebés en edificios en llamas, los aviones robóticos autónomos están mostrando avances a través de mejoras en los algoritmos que los mueven. El avión robótico autónomo del MIT es todo un ejemplo de ello y un video lo prueba.

¡Qué bien vuelan! Lo que pasa es que generalmente vuelan una ruta preprogramada y requieren una fuente externa para su navegación, ya sea GPS para vuelos en el exterior o formas similares de determinar la localización basada en fuentes externas de información durante vuelos interiores, tales como cámaras con captura de movimiento. En las aplicaciones del mundo real, donde se espera que este tipo de avión justifique su existencia, es poco probable que este tipo de ayudas a la navegación estén disponibles de la manera que quisiéramos. Entonces, ante la emergencia y lo caótico de un miles de escenarios posibles, este tipo de dispositivos requieren de una inteligencia artificial un poco más desarrollada que pueda tomar decisiones cuando no hay tiempo para que un humano decida por ellas. Es entonces que aparece el avión robótico autónomo del MIT, que quiere mostrarnos una nueva generación de héroes voladores.

El avión del MIT tiene una envergadura de 2 metros con la extensión completa de sus alas y utiliza un telémetro láser para “ver” su entorno y trazar una imagen de los lugares sobre los que está volando. Rompiendo el aire de las alturas, el avión también tiene sensores inerciales para determinar la orientación, la velocidad y la aceleración que lleva y utiliza esto para anticipar sus movimientos y acciones, orientadas en un futuro al rescato o ejecución de tareas semiprogramadas. Esto no es nada sencillo para el avión robótico del MIT, pues durante el vuelo hay 15 valores que tienen que ser calculados para mantener el avión en el aire y evitar la tragedia que este avión con varios miles de dólares encima y mucha expectativa se deshaga en el piso. Este desafío es buscado, según los científicos del MIT, pues mencionaron que si en vez de un avión se trataba de un helicóptero, los valores a controlar eran menores, pero justamente este problema les generó un entusiasmo científico extra.

Por ahora el avión utiliza un mapa digital con el cual va triangulando posiciones y determinando velocidad, locación y dirección, tratando de corregir autónomamente todas las imperfecciones que se puedan suscitar dado un objetivo. La idea de los responsables de este avión es eliminar de a poco el mapa, introduciendo más y mejores algoritmos que puedan resolver inquietudes en menor tiempo y con la menor asistencia humana posible. Mientras resuelven este y otros problemas (como la imposibilidad de mantenerse flotando en una determinada posición), las expectativas se suman en torno a las posibilidades que podría tener este sistema matemático en un dispositivo con más agilidad para situaciones de búsqueda y rescate, reconocimiento y otras formas de darle trabajo a estos robots autónomos.

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Escrito por Nico Varonas

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