Afecta a las cosas más pequeñas, desde la última ubicación del mando a distancia hasta la parada del ómnibus, pasando por la contraseña del correo y el bolsillo en el que quedaron guardadas las llaves. También alcanza a lo popular, incluyendo letras de canciones y el diálogo de ciertas películas. Finalmente, puede colocar a personas en lugares que jamás visitaron, desarrollar eventos que nunca sucedieron… y enterrar a gente famosa antes de tiempo. El concepto de «memorias falsas» ya pasó por aquí, pero cuando su escala cambia, el mundo le da otro nombre: El Efecto Mandela.
Nelson Mandela falleció el 5 de diciembre de 2013, a la edad de 95 años. El gobierno sudafricano decretó un duelo de diez días, y al menos 80 jefes de estado presentaron sus respetos en el funeral. Esto es un hecho. Podemos encontrar material adicional con cierta facilidad, y muchos aún recuerdan el escándalo relacionado con el «impostor» que traducía a lengua de señas. Sin embargo, una enorme cantidad de gente estaba convencida de que Nelson Mandela había muerto en prisión varios años antes (la referencia más común es «en los ‘80»), y que incluso vieron la noticia en televisión. Una memoria falsa colectiva instalada entre nosotros durante décadas, y que probablemente tomó por sorpresa a millones de personas.
El Efecto Mandela recibió su nombre de la «consultora paranormal» Fiona Broome en el año 2010, y como explicación sugirió la posibilidad de realidades alternativas y universos paralelos en los que efectivamente, las memorias falsas son reales. Hoy, se cree que estamos ante una combinación de «refuerzo y validación social», sesgo de información, noticias falsas, contenido engañoso (por ejemplo, fotografías trucadas), el hipocampo que nos juega una mala pasada, y el tiempo. ¿Acaso va más allá de Nelson Mandela? La respuesta es un contundente sí, y en esta oportunidad me gustaría repasar algunos de los casos más llamativos. Veamos:
«Luke, yo soy tu padre»
Debo haber visto El Imperio Contraataca docenas de veces, ya sea la versión original o una de las «ediciones» de George Lucas. Me atrevería a decir que sé los diálogos de memoria en ciertos pasajes de la película, y estoy convencido de que muchos fans pueden recitar el guión completo, pero el famoso «Luke, yo soy tu padre» que se ha repetido hasta el cansancio y que llegó a terminar impreso en camisetas… es un invento. La culpa es del Lado Oscuro. (?)
«El hombre del tanque»
Sin lugar a dudas, es una de las imágenes que definió al siglo XX: Un solo hombre, vestido con camisa blanca, se para frente a una formación de tanques durante las protestas en la plaza de Tiananmén en 1989. ¿Recuerdan qué le sucedió? De un lado, están quienes aseguran que fue aplastado. Sangre, tripas, todos los detalles. Del otro, hay gente convencida de que recibió un disparo y cayó muerto. En realidad, el hombre salió vivo de allí. Al menos cuatro personas se acercan a él (una de ellas en bicicleta), y lo retiran rápidamente. Jamás se pudo confirmar su identidad o el destino de ese nombre, pero el gobierno chino insiste en que no lo detuvo, ni lo ejecutó, ni sabe en dónde está.
«Espejito, espejito»
Esta memoria falsa tiene la particularidad de haberse extendido más allá de su idioma original, y técnicamente se presenta como una de las más complejas. Para un gran número de angloparlantes, la expresión de la Reina era «mirror mirror», que luego tuvo su traducción como «espejito espejito». Si nos limitamos a la película de Disney, es un error en ambos idiomas. La frase correcta es «magic mirror on the wall», mientras que el doblaje ibérico dice «espejo mágico, dime una cosa». Sin embargo, al revisar las primeras traducciones de la historia escrita por los hermanos Grimm, descubrimos que efectivamente usaron la frase «mirror mirror» (spieglein, spieglein). Entonces, podríamos decir que hay «medio» efecto Mandela aquí…
Enrique VIII pintado sosteniendo una pata de pavo, los «51 o 52 estados» en los Estados Unidos, la escena de Tom Cruise bailando con gafas en Risky Business, y cierto momento vergonzoso vivido por Ricky Martin también aparecen en la lista, pero en este punto debemos invitar a nuestros lectores y participen con sus propios ejemplos de efecto Mandela en los comentarios. ¿Qué otras memorias falsas colectivas recuerdan? ¡Compartan!