El gobierno de los EEUU entiende que las armas son malas cuando sólo cuando están en las manos de sus enemigos, y por eso quiere que sus ciudadanos, a través de sus móviles inteligentes, ayuden a los federales a monitorear armas nucleares en todo el mundo. Para ello, la tecnología de detección y cierta información se harían disponibles para el público interesado, aunque todavía hay un largo trecho por recorrer.
La esperable evolución de los móviles inteligentes ha dotado de un ordenador portátil conectado a internet a gran parte de la población mundial, que se ha convertido en una fuerza activa, utilizable y de grandes dimensiones. Con este advenimiento del potencial del ciudadano común para participar individualmente de acciones colectivas, la vigilancia pública se quiere volver a resucitar, poniéndola al servicio de los intereses de quienes dicen velar por la seguridad de las personas. El gobierno de los EEUU, auto constituido como el vigilante de la Tierra, explicó recientemente que temen que las bombas nucleares y otros armamentos peligrosos estén en manos de enemigos y puedan ser utilizados para atacar ciudades, por lo que han pensado en una manera de potenciar su actividad de monitoreo de amenazas y esta incluye al ciudadano común y a su teléfono móvil.
Que la gente de a pie participe en el seguimiento de ojivas nucleares puede parecer contrario a lo recomendable, pero desde la oficina de seguridad y defensa de los Estados Unidos indican que esta colaboración del público podría ser de gran ayuda para multiplicar la cantidad de detecciones. Los móviles inteligentes, al tener una conectividad instantánea y proveer datos sobre posicionamiento, generan una grilla de detección gigantesca, haciendo de todas las personas en el mundo parte de un radar de una dimensión inaudita. La propuesta es que utilizando los acelerómetros y otros sensores de los smartphones, las personas comunes podamos detectar pequeñas vibraciones en el suelo o artefactos de rayos gama, con lo que se podría inducir una presencia nuclear cercana. Los mensajes y los códigos QR también serían parte del proceso, aunque todavía no se sabe cómo funcionarían.
El resultado y la aceptación de este tipo de estrategias anti terroristas está por verse, pero por el momento ya se han creado algunas aplicaciones y juegos para móviles que tienen como objetivo utilizar el GPS de los ciudadanos para rastrear problemas con armas u otro tipo de amenazas, donde se mezcla todo tipo de tecnologías en acción y en desarrollo. Por supuesto, el conflicto con la privacidad y la presunción de inocencia es un debate que surgirá inmediatamente después de que se confirme algún movimiento más sobre el asunto de parte del gobierno de los EEUU y sus aliados.