Diseñado para cambiar de forma y parecerse a una cometa o un pedazo de basura colgando de las líneas de alta tensión, aprovechará para obtener de estas la energía de recarga y así poder continuar sus misiones de reconocimiento.
La Fuerza Aérea Norteamericana pensó durante mucho tiempo en la manera de que sus aviones espías a control remoto puedan recargar su combustible o batería para seguir operando.
Es un tema que desde siempre ha limitado a las misiones de los aviones espías, y al final la forma más segura de hacerlo es que los aviones realicen sus vuelos y vuelvan a la base para recargar energía, o hasta un portaaviones cuando las misiones se llevan a cabo en territorios cercanos al mar. Pero cuando las mismas se realizan muchos kilómetros tierra adentro y alejados de cualquier posibilidad de recarga la cuestión se complica.
Por ello han ideado un micro avión eléctrico que puede “robarse” la energía de las líneas de alta tensión, para lo cual podría incluso cambiar de forma, adoptando la de un barrilete (cometa) o un pedazo de basura que quedó atascado en la línea. Este tipo de tecnología de “morphing” ya ha sido desarrollada por DARPA, el organismo de investigación del Pentágono. Así es como a base de prototipos de carbono, cuentan con modelos que pueden cambiar de forma y elevarse en instantes gracias a su sistema de alas telescópicas.
El objetivo inicial de la Fuerza Aérea es la de contar con un avión capaz de volar a una velocidad máxima de 74 kilómetros por hora y cuando sea necesario pueda disminuir la velocidad, y conforme lo hace, sea capaz de “engancharse” de la línea de alta tensión.
Claro que no todos piensan que el micro avión la tendrá fácil, y entre ellos podemos mencionar a Zac Richardson, un ingeniero eléctrico inglés, advierte que si la mini aeronave toca una línea de alta tensión ciudadana, de 11 kilovolts, puede ocasionar un cortocircuito que no solamente deje sin luz a toda una ciudad, colonia o barrio sino que además quedará en evidencia fácilmente. Y si tocase una de las líneas de alta tensión como las que se encuentran junto a las rutas interurbanas, de 400 kilovolts, corre el riesgo de generar una enorme descarga que muy probablemente le dejará inerte y sin la energía necesaria para continuar.
Richardson asegura que inclusive algo tan liviano e inofensivo como un barrilete puede ocasionar accidentes de este tipo, por lo que no ve tan sencilla la tarea que le espera a la Fuerza Aérea Norteamericana, quien a pesar de todo asegura que comenzará a probar sus aviones en 2008.