Dos empresas japonesas, Shimizu Corp y Yaskawa Eléctrica Corp, acaban de inaugurar su “Smart Showroom”, una sala de exposición inteligente que utilizarán como espacio de demostración de la primera etapa de lo que será el proyecto “Edificio Robótico Inteligente” (Smart Robotics Building). Básicamente, se trata de un proyecto que puede integrar la domótica con robots asistentes. Artículo con vídeos de Wall-E para ilustrar la idea, al estilo Pixar.
El proyecto tiene por objeto proporcionarnos edificios más inteligentes mediante la combinación de tecnologías convencionales y robóticas. Según estos expertos, la infraestructura de un edificio puede mejorarse (y mucho) gracias al uso de robots. Básicamente, en estos edificios los robots desempeñarán las funciones de recepcionistas, guías, distribución de insumos, tareas de limpieza, guardia y vigilancia, etc. Por ejemplo, un robot podría ponerse en contacto con los visitantes y asistirlos en la tarea de encontrar su destino dentro del edificio.
Obviamente estas empresas, además de facilitarnos la vida, buscan obtener rédito económico por sus ideas. Para ello necesitan que los arquitectos y el público en general conozcan sus desarrollos. Esto los ha impulsado, como primer paso del proyecto, a crear una “sala de exposición inteligente“, un espacio destinado a la demostración de sus ideas entre las que se destaca el “SmartGuide“, un guía robótico desarrollado por Yaskawa. Este robot se encarga de todos los servicios de la sala, incluidas la recepción, la explicación de todo lo que se puede ver en la muestra y contestar las preguntas de todos los visitantes.
La infraestructura del edificio, que suponemos debe estar “sembrada” de sensores de todo tipo, puede detectar la llegada de un visitante. La central del edificio se comunica con el robot y este se encarga de dar todas las explicaciones necesarias a sus invitados mediante voz sintetizada. Incluso puede hacer uso de un proyector para mostrar presentaciones que ayuden a transmitirles la información más relevante. Ambas empresas han realizado varias pruebas interactivas que le han servido para confirmar la eficacia de esta integración entre la infraestructura edilicia y los robots.
Se trata sin dudas de un enfoque interesante. En lugar de cargar al pobre robot con toda la tarea de detectar visitantes, determinar recorridos por dentro del edificio o tener que ajustar la calefacción (por ejemplo), se delegan parte de estas funciones a la domótica. Este matrimonio entre la estructura inteligente del edificio y los robots pueden hacer de la domótica algo mucho mas útil y flexible en el futuro cercano. Para tener una idea del potencial de este invento solo hay que imaginarse a una especie de Asimo, deambulando por el edificio mientras recibe los datos que obtiene mediante cámaras y sensores.
El disponer de gran parte de la electrónica en el edificio también permite que los robots puedan ser más pequeños y eficientes. Incluso, al disponer de un “centro de control” dentro del lugar los robots pueden “reprogramarse” en tiempo real para que cumplan diferentes tareas. Por ejemplo, si llegan varios visitantes a la vez, la infraestructura del edificio puede enviar robots otros que (se encontraban realizando tareas de limpieza o vigilancia) a asistir a los recién llegados. Una vez superada la emergencia, cada uno vuelve a su tarea habitual. Por las noches, los robots recepcionistas pueden reforzar la vigilancia o distribuir los insumos que se necesitarán al día siguiente.
Como ocurre a menudo con este tipo de tecnologías, vamos a tener que esperar algunos años para que se vuelvan populares, pero seguramente en algún momento del futuro cercano nos acostumbraremos a ser recibidos por una especie de R2-D2 cada vez que llegamos a un edificio importante.
