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Ecología Funeral: Funerales ecológicos

Ni muertos dejamos de contaminar el medio ambienteAunque parezca mentira, el método tradicional de enterrar a nuestros muertos es altamente contaminante. Según los datos de Casket and Funeral Association of America y otras asociaciones preocupadas por el asunto, en los 22.000 cementerios de Estados Unidos, se entierran, aproximadamente:

–  30 millones de planchas de madera (ataúdes)
–  900.272 toneladas de acero (ataúdes)
–  140.000 toneladas de acero (cámaras acorazadas)
–  2.700  toneladas de bronce y cobre  (ataúdes)
–  1.636.000 toneladas de concreto reforzado (cámaras acorazadas)
–  827.060 galones de fluido de embalsamar.

Y eso es solamente en Estados Unidos. ¡Imagina las cifras si sumamos al resto del mundo! Todos estos materiales, incluso la madera tratada, son contaminantes para la tierra. Tardan muchísimo en descomponerse, miles de años, y tienen elementos que generan mucha polución. Eso sin tener en cuenta la cantidad de árboles que deben talarse para hacer cajones que terminan bajo tierra.

¿Crees que la cremación es la mejor opción? Piensa de nuevo: el proceso de incinerar nuestros cadáveres afecta la atmósfera por tres vías:

– La combustión misma.
– La combustión incompleta.
– La volatilización de metales preexistentes en el cuerpo humano a incinerar.

Estos tres factores llenan a la atmósfera con:

– Monóxido de carbono (parte de la combustión incompleta)
– Materia en forma de partículas (que pueden causar irritación o constricción pulmonar), – Mercurio, plomo y cadmio (presentes en el cuerpo humano y en las amalgamas dentales)
– Dioxinas (se depositan en la tierra, contaminan la hierba y forman parte de la cadena alimenticia)
– Cloruro de hidrógeno, óxidos de nitrógeno y dióxidos de sulfuro (todas cosas muy feas, te lo aseguramos).

Según las Naciones Unidas, las emisiones contaminantes de las cremaciones son pocas, comparándolas en una escala internacional. Sin embargo, son estadísticamente significativas y contribuyen en 0.2% a la emisión global de dioxinas y otros contaminantes.

Funerales ecológicos

Entonces, ¿cuales son las soluciones? ¿Es que uno no se puede morir sin molestar a nadie? Soluciones hay, poco convencionales y no masivamente aceptadas, pero las hay.

La más usada son los Cementerios Ecológicos. En estos espacios verdes el cuerpo es enterrado en un ataúd biodegradable o, simplemente, en un sudario. Y no hay procesos químicos de por medio, por supuesto. El problema es que, al no haber proceso de embalsamado, son pocos los que quieren pensar en sus seres queridos pudriéndose en la tierra (cosa que, de todas maneras, sucede). Aún así, la tendencia crece poco a poco. Pero difícilmente se vuelva un estándar.

Otra manera de morir sin molestar es a través de un Funeral Ecológico. Este es mucho más drástico y se logra sumergiendo al finado en nitrógeno líquido, para luego reducirlo a un fino polvo, gracias a una vibración imperceptible. Este proceso reduce el peso del cuerpo a un 30% del original. Terminado este primer paso, se separan y reciclan los metales originarios del cuerpo. Finalmente, se deposita el polvito en una pequeña urna biodegradable. El primer país en ofrecer este servicio fue, como no podía ser de otra manera, Suecia, en 2005. La empresa a cargo de este proceso es Promessa Organic.

Ahora, si tienes muchísimo dinero y no quieres que te introduzcan en nitrógeno líquido, la mejor opción es un entierro espacial. Te quedarás dando vueltas en el campo gravitacional de la tierra, eternamente, sin molestar ni ser molestado. Space Services brinda este servicio, y ya han mandado a la Frontera Final a James Doohan, Scottie para los trekkies.

Pero el tema no es tan simple, y no se puede resolver sin solucionar el tabú que rodea a la muerte. Mucho menos, si tenemos en cuenta que, al momento de enfrentar el fallecimiento de un ser querido, lo menos en que piensa uno es en la ecología.

Sea como fuese, la ecología funeral no es algo que todavía deba preocuparnos. Pero no faltará mucho para que le debamos encontrar una solución amigable al medio ambiente (y al espacio físico reducido que tenemos en el planeta). Solamente en los próximos 100 años se estiman que morirán 6.000 millones de personas.

Mucha gente para enterrar, sin dudas.

Fuentes: Wikipedia, Ecosofia.org, Eco-sitio.com.ar

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