Uno de los problemas más importantes que debe enfrentar cualquier vehículo eléctrico está en el peso de las baterías. Si lo trasladamos a un avión, lograr el equilibrio ideal entre peso máximo y autonomía se vuelve crítico, pero la gente de Airbus cree haber dado en el clavo con su avión eléctrico E-Fan, a un punto tal que planea lanzarlo al mercado en el año 2017.
El Farnborough International Airshow finalizará el próximo 20 de julio. Generalmente, el acceso durante los primeros cinco días está limitado a miembros de la prensa, y por supuesto, a aquellos interesados en hacer negocios. Al igual que sucede en muchas otras convenciones, algunas cosas se filtran antes de que el público pueda hacer acto de presencia. Uno de los niños mimados por las cámaras fue el Airbus E-Fan. Tal vez crean que es simplemente otro avión de Airbus, pero un pensamiento de esa clase sería muy injusto con este desarrollo. El Airbus E-Fan tiene grandes posibilidades de convertirse en el primer avión eléctrico en llegar al mercado.
Lo que se pudo apreciar en el show es su versión 2.0, un prototipo por donde se lo mire, y son muchas las razones que le impiden recibir un precio oficial y comenzar a tentar a los entusiastas. Su peso máximo de despegue está en el orden de los 580 kilogramos, de los cuales 137 pertenecen a sus baterías de litio (120 celdas), más otros 50 kilogramos de equipamiento para evaluar su rendimiento, y dos paracaídas. La velocidad máxima es de 220 kilómetros por hora, y su configuración actual le permite permanecer en el aire entre 45 minutos y una hora. Aunque una carga rápida sólo toma alrededor de 30 minutos, varias fuentes hablan de una hora y media para una carga completa. Una hora de vuelo no parece mucho, entonces, ¿a qué mercado apunta Airbus exactamente? A uno pequeño, pero vital: El entrenamiento de pilotos.
Lo más probable es que el E-Fan se convierta en la plataforma de desarrollo para un avión híbrido. Se calcula que esto sucederá con la versión 4.0, extendiendo su tiempo de vuelo a tres horas y media. Los desafíos son grandes, pero definitivamente están a la altura de las necesidades futuras que deberá cubrir la aviación. A largo plazo, todo avión comercial tiene como objetivo reducir el consumo de combustible y el ruido. Un avión eléctrico como el E-Fan presenta a los ingenieros nuevas metas de eficiencia (después de todo, las baterías no pierden peso durante el vuelo), sin embargo, creen que podrán alcanzar una buena parte de ellas para el año 2017 (probablemente antes que el Yuneec E430).