¿Por qué conformarnos con el diseño de toda la vida, que funciona perfectamente y es súper económico, si podemos complicarlo un poco y venderlo más caro? Algo así deben haber pensado los inventores del Dyson Air Multiplier, un extraño ventilador que no tiene aspas. El sistema funciona inyectando aire desde el cilindro que hace las veces de pie, y distribuyéndolo a través del aro de la parte superior. Si te sobran unos cuantos billetes y quieres tener el ventilador más geek de la cuadra, puedes ir a por él.
Más o menos desde que se inventó el verano, la humanidad ha utilizado adminículos de lo más ingeniosos para proporcionarse un refrescante flujo de aire. Invariablemente, siempre han estado dotados de aspas o paletas. Desde las antiguas hojas de palmera hasta el más moderno ventilador de techo dotado de 45 velocidades, siempre hemos dependido de alguna “cosa peligrosa” en movimiento para impulsar hasta nuestros sudorosos cuerpecitos la -casi siempre- balsámica y artificial corriente de aire. Hasta hoy.
El Dyson Air Multiplier viene a terminar con esta tradición. Decididos a poner fin a los accidentes generados por esas verdaderas picadoras de dedos que son los ventiladores convencionales, el nuevo sistema es capaz de generar una corriente de aire más o menos decente sin ninguna parte -al menos a la vista- móvil. Con el aspecto de una antena robado de alguna nave interestelar, el invento genera un flujo de aire en la base, que es enviado rápidamente al aro de la parte superior, donde sale eyectado por una serie de ranuras escondidas en el borde. Según sus inventores, el aparato tiene la capacidad de impulsar aire hasta 15 veces más rápido de lo que entra por su base.
Por supuesto, tan bonito invento no es barato. Hasta donde sabemos existen dos versiones del Dyson Air Multiplier. La más pequeña, de 25 centímetros de diámetro cuesta unos 200 euros, y la mayor, de 30.5 centímetros ronda los 220 euros. Y sí, estar fresco y a la moda es caro.
