Todavía hay quienes lloran la pérdida de una consola que innovó tanto en su tiempo dentro de los videojuegos como Opera en el big bang del mundo de los navegadores. Homebrew, conexión a la red, juegos de calidad post-epocal y también una dosis de inoportunas circunstancias, que llevó en dos años casi al olvido a Dreamcast luego de un comienzo exitoso. Ahora tenemos la oportunidad de volver a jugarla, pero mientras estamos en el metro, por ejemplo. Pues una compañía japonesa ha anunciado una Dreamcast portátil no oficial para los próximos días.
Dreamcast resurge entre las cenizas y ahora en forma de consola portátil. Aunque su propuesta no surge directamente de la retirada Sega, ya está teniendo una repercusión favorable. La nueva consola de 11 años vendrá en formato portátil pero dentro tendrá los componentes de hardware que la caracterizaron, sólo que con una pantalla LCD de unas 3 pulgadas y el mando distribuido por la estructura. El costo es lo que está generando revuelo a su vez, ya que se estima que habrá que desembolsar unos 38000 yenes, algo así como unos 327 euros. Un precio elevado dados los costos de las consolas portátiles de última generación. Suponemos, porque hay muy poca información al respecto de parte de Pachimon.tv (quien la distribuiría), que usará alguna batería de Ion-litio para su autonomía. Al estar tan enmarcado su lanzamiento en el país insular, habrá que esperar a que algún empresario osado se anime a surcar algunos océanos y lleve al resto de los continentes la posibilidad de jugar al Crazy Taxi mientras viajamos al trabajo.
La suerte de Dreamcast
Sega y Nintendo venían disputando una de las rivalidades más encomiables en la historia de los videojuegos que pertenecieron a las postrimerías del siglo XIX. Sony se metió en el medio con su Playstation y luego de eso nada fue lo mismo, por lo menos para Sega. Es recordado el intento de la compañía de pelear en el espacio de los 32 bits con su Sega Saturn, una consola que salió verde en cuanto a cantidad de juegos y con una arquitectura que dificultaba la programación de juegos por las desarrolladoras. Entonces Sony presentó Playstation, con un catálogo de juegos inabarcable y arrasó con cualquier atisbo de recuperación por parte de Sega. En aquél barrido excepcional hecho por la PS está la historia de la sufrida y poco recordada Dreamcast, una consola que rompió moldes e innovó como pocas, por ejemplo en lo que hace a conexión a la red, pero con la que Sega pecó nuevamente: llegó a destiempo y no pudo advertir el futuro próximo.
A poco de lanzarse al mercado Dreamcast, ya se había presentado Playstation 2 y tanto los distribuidores (EA, por ejemplo) como el público (yo, por ejemplo) giraron su atención a esta consola. El posterior lanzamiento de PS2 en pleno boom de la consola de Sega, más algunas reestructuraciones por problemas financieros dentro de la compañía hicieron que el proyecto Dreamcast se hundiera de a poco, quedando a medias también una posible Dreamcast 2 que se estaba preparando. La mala fortuna (o el desatino en la lectura de las estrategias de sus rivales) parece ser uno de los componentes del retiro de Sega en la fabricación de consolas desde 2001. A nivel innovación, una pérdida impresionante pero que aún recoge las esperanzas entre los fanáticos de alguna futura resurrección, al menos como la de esta Dreamcast portátil no oficial.