Lanzan una película de Dragon Ball Z, y se llenan los cines. Luego lanzan otra, y el efecto es exactamente el mismo. Al parecer, la gente de Toei Animation y Akira Toriyama entendieron el mensaje: Los fans quieren ver Dragon Ball, y en consecuencia, el guerrero con el cabello más estrafalario del universo tendrá una nueva serie de televisión. El nombre oficial es Dragon Ball Super, y todas las flechas apuntan a su estreno inminente durante el mes de julio.
Existe una vieja película en la que el espíritu de un jugador de baseball le dice a un granjero medio loco que construya un campo en el medio de la cosecha, argumentando que «él vendrá». Si tomamos prestado ese pensamiento por un momento, Toei Animation hizo una nueva película de Dragon Ball Z esperando a que «ellos vengan». Por supuesto, «ellos» son los fans. Más cómica que intensa, Battle of Gods estableció un regreso a las raíces de Dragon Ball, y al particular estilo de Akira Toriyama, que se lleva bastante bien con el humor. Un pequeño «fast forward» a abril de 2015, y descubrimos que la recaudación de Fukkatsu no F triplicó el presupuesto original de la película solamente en Japón, desplazando incluso a Furious 7 en la taquilla, mientras que el resto del globo aguarda para tomar las salas por asalto. Dragon Ball atraviesa una nueva era dorada. ¿Qué puede superar a esto?
La respuesta es su regreso oficial a la televisión. Han pasado 18 años desde el final de Dragon Ball GT, serie a la que casi ya podemos considerar como «no canon» (salvo orden contraria de los poderes superiores), y en Japón está a punto de terminar Dragon Ball Z Kai, la versión revisada y condensada de DBZ. El nombre para la nueva serie es Dragon Ball Super, un nombre que no sorprende demasiado si tenemos en cuenta la frecuencia con la que se lo ha utilizado en juegos y otros proyectos paralelos. El desarrollo de la trama y los personajes estará a cargo del mismísimo Akira Toriyama, mientras que en la producción aparecen Osamu Nozaki, Atsushi Kido y Naoko Sagawa, tres nombres involucrados en la franquicia durante muchos años.
La ubicación cronológica de Dragon Ball Super es «pocos años después» de la derrota de Majin Buu, lo que nos hace pensar en la serie como una secuela directa de las dos películas. Esta novedad no resiste ninguna clase de análisis: Dragon Ball está de regreso. Ninguna serie «moderna» logró llenar el vacío que dejaron Goku y sus amigos, e imagino que no tendrá ningún problema al ocupar el lugar de la grilla que liberará Dragon Ball Z Kai (el próximo domingo es el último episodio, si no me equivoco). Los esfuerzos inmediatos estarán enfocados en la distribución de Fukkatsu no F, que llegará a más de 70 países, y si todo sale bien, julio será el mes en el que Dragon Ball Super ocupará las pantallas de millones.
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