BioWare revivió un estilo que mucha gente creía muerto con Dragon Age: Origins, pero para la secuela, tomaron la difícil decisión de traicionar ese estilo y la aventura es menos memorable exactamente por esa razón. Por otro lado, siguen siendo excelentes desarrolladores que entregan productos de alta calidad y Dragon Age II probablemente se encuentre entre los mejores RPGs del año, gracias a su excelente historia, carismáticos personajes y un refinado y dinámico combate.
BioWare había apostado a lo grande dos años atrás, cuando lanzó Dragon Age: Origins. Era un excelente RPG, pero también era difícil y tenía un estilo de combate que había sido abandonado hacía muchos años. El éxito del título fue gigante y las críticas fueron extremadamente positivas, por lo menos en la versión de ordenador. En su versión para consolas no le fue tan bien, con gráficos claramente inferiores y controles que hacían la experiencia menos gratificante. Para Dragon Age II decidieron hacer cambios para satisfacer a ese público, sin faltarle el respeto a los fanáticos del primero, el resultado final nos encuentra con sentimientos variados.
Lo bueno de tantos cambios, es que prometen una aventura diferente y Dragon Age II definitivamente califica como tal. Mientras que Origins contaba el origen del Grey Warden, que salvaba al mundo del Archidemonio, una aventura que cambiaba drásticamente dependiendo de la raza y el género elegido, la secuela presenta la historia entera del Campeón de Kirkwall, Hawke. Y aunque puedes elegir su clase, sexo y las decisiones a lo largo de la historia, la trama sigue siendo prácticamente la misma, con muy pocas diferencias entre una partida y otra. Esto también quiere decir que estarás viajando menos a lo largo del mundo, concentrándote más que nada en Kirkwall y sus alrededores.
Y como el mito que es Hawke, la historia es contada en tercera persona, a través de Varric, un hábil enano que fue compañero del Campeón durante su ascenso. Esta ha demostrado ser una manera muy interesante de relatar una historia, sobre todo cuando puedes ver tus decisiones haciendo eco en la manera que te recuerda y, aunque la historia en sí es una que vale la pena relatar, no se acerca a lo épico y memorable de la original. No es mejor, seguro, pero es un excelente capítulo en la rica historia del universo Dragon Age.
Según explicó Bioware, tomaron la decisión de darle una voz a Hawke, porque sino lo único que hacía el personaje era pararse incómodamente en todas las conversaciones, pero tener una voz totalmente genérica tampoco ayuda. Afortunadamente, hay un excelente elenco de personajes que acompañan a Hawke en la aventura. No todos son memorables, pero los pocos que sí lo son, como Varric, Isabela y Merrill, todavia perduran en nuestro recuerdo.
En muchos casos se siente que Dragon Age II sufrió una especie de transformación, por la misma línea que la otra serie de BioWare, Mass Effect. Las relaciones con tus compañeros son más superficiales, los viajes a lo largo de la tierra son instantáneos y ya no hay más encuentros aleatorios durante la exploración. Algunos podrán creer que estos son detalles, pero en nuestro caso, son los detalles que hacían la experiencia tan atrapante. Hacer un viaje de un lado a otro era un verdadero riesgo, porque no sabías con qué te podías encontrar en el camino y, sea lo que sea, probablemente te iba a matar una y otra vez. Ahora ese miedo no existe y pierde un poco de sorpresa al volverse más predecible.
A estos problemas también se le suman una alarmante reutilización de escenarios, al punto donde si has visto una cueva las has visto todas. Y no solo se repiten los escenarios, sino que la exploración es casi nula. Similarmente a Final Fantasy XIII, la mayoría de los dungeons consisten en líneas rectas que muy pocas veces se dividen del camino original y, en caso de que lo hagan, es para a los pocos metros encontrar algún tipo de recompensa.
Pero donde Dragon Age II ha visto la mayor cantidad de cambios fue en el combate y, sorprendentemente, no le sientan nada mal. Jugando en el ordenador, temíamos que haya perdido el ángulo estratégico, pero aunque hay que subirle la dificultad a Difícil para que sea un desafío, la estrategia sigue intacta. Lamentablemente, ya no se puede utilizar más la cámara isométrica, lo que decepcionó gravemente a más de un jugador. Lo positivo, es que las animaciones fueron rediseñadas por completo y ahora el combate es mucho más dinámico y brutal. Puedes sentir cada uno de los golpes y los ataques especiales son mucho más efectivos.
Personajes nuevos incluyen interesantes poderes especiales, como la habilidad de disparar decenas de flechas en el aire con Varric, para que les caiga como lluvia a los enemigos. También regresan muchas otras que han sido retocadas de varios modos, pero la variedad entre nuevo y viejo está muy bien tratada. La dificultad también ha sido retocada y si se usa la dificultad Difícil, la experiencia es similar a la del juego anterior, caso contrario, es extremadamente fácil.
También han hecho un excelente trabajo a la hora de quitar las habilidades que desbalanceaban la acción o eran inútiles de usar. Todavía hay algunas de la cuales podríamos prescindir, pero dentro de todo, este aspecto fue mejorado. Tienes libertad para elegir la especialización de cada uno de tus personajes y puedes elegir habilidades especiales y mejorarlas a través de una red que se va desbloqueando a medida que mejoras ciertos aspectos. Además, varios personajes tienen habilidades únicas para desarrollar, lo que los hace más interesantes.
Y aunque la evolución de los personajes fue mejorada considerablemente, es sorprendente la poca cantidad de loot que hay para cada uno. Ya de por sí, hay muy poca variedad de armaduras y armas para Hawke, pero por lo general, los integrantes de tu grupo tienen armas o armaduras predeterminadas que no pueden o no convienen ser reemplazadas por otras, lo que puede resultar aburrido eventualmente.
Gráficamente la secuela no es mucho mejor que el original. Se nota que ha habido mejoras en la iluminación y ese tipo de aspectos, pero lo que lo hace verdaderamente resaltar es el cambio de arte, que pasó de realista a caricaturizado, pero con un tono muy oscuro. No solo los escenarios se ven diferente, sino que muchas razas fueron rediseñadas de manera soberbia, sobre todo los Qunari, una raza aún más intimidante que en el juego previo.
Tal como en el original, aquí no hay un modo multijugador o algo similar, y aunque no llega a las 100 horas de Origins, existe una buena cantidad de contenido y quests secundarías interesantes para llegar a un poco más de las 50 horas. Donde se encuentra el verdadero problema, es que las diferentes partidas no cambian la experiencia como en el primero. Antes, no solo tus decisiones cambiaban las circunstancias, sino también tu raza, género e historia de origen. Todos estos detalles son iguales para Hawke.
Dragon Age II es un excelente RPG en cada uno de sus aspectos. Pero sigue viviendo bajo la sombra del original, por todas las simplificaciones que hacen del juego una aventura menos épica y memorable. El error no está en la historia o los personajes, sino en las idas y vueltas que componen la experiencia de jugarlo. No es lo mismo tener que prepararte para un viaje de días y noches, creando pócimas y poniendo personajes a punto para enfrentar el viaje, que hacer el viaje por el mapa instantáneamente con un par de clics, por mencionar un ejemplo. Puedes conseguirlo para PC por €46,95 y Xbox 360 y PlayStation 3 por €66,95.
Puntaje: 87%
Conclusión: Se trata de una excelente secuela que mejora muchos aspectos, pero también retrocede en otros puntos que jugadores veteranos pueden encontrar decepcionante.