La historia de la imprenta Doves es en verdad fascinante. Apenas existió por 16 años, pero logró convertirse en todo un benchmark, contribuyendo enormemente al movimiento Arts and Crafts. La verdadera «reina» de la imprenta era su propia tipografía, Doves Type, encargada por el fundador, Thomas James Cobden-Sanderson. Sin embargo, tras una amarga disputa por derechos con su principal socio, Cobden-Sanderson decidió que nadie la volvería a usar, e hizo su voluntad de una forma muy particular: Arrojando todas sus piezas al río…
La información disponible nos dice que Thomas James Cobden-Sanderson fundó Dove Press en el año 1900, y Emery Walker (fotógrafo y profesional de la imprenta) se unió a la compañía como socio. Siete años antes, Cobden-Sanderson había creado su propio taller de encuadernación, Doves Bindery, o sea que también encuadernaba todo lo que imprimía junto a Walker.
Sin embargo, esa dinámica no era suficiente, y ambos decidieron encargar el diseño de una tipografía (o «tipo de letra»), inspirada en el renacimiento veneciano. El resultado fue Doves Type, una creación exquisita que sólo existió con un tamaño de 16 puntos. La llamada «Biblia Doves» de cinco tomos fue para muchos su magnum opus, y las imágenes que flotan en la Web así lo confirman… pero toda esa belleza terminó en las profundidades del Támesis.
(N. del R.: Subtítulos automáticos en inglés, pero se pueden seguir)
Doves Type: La furia de su creador, y el «rescate» de los fans
Entre 1906 y 1908 (hay una diferencia de dos años, dependiendo de la fuente) la sociedad de Cobden-Sanderson y Walker se rompió por completo. Al parecer, Walker era profesional y pragmático, mientras que Cobden-Sanderson era perfeccionista y obsesivo, verificando cada muestra que salía de su imprenta. El conflicto ingresó a su fase legal en 1909, con ambos hombres disputándose los derechos de usar Doves Type. El acuerdo posterior estableció que esos derechos serían transferidos a Emery Walker tras el fallecimiento de Cobden-Sanderson, quien pudo seguir imprimiendo sin Walker hasta 1916, año en el que cerró Doves Press.
Pero antes de permitir eso, Cobden-Sanderson decidió tirar todos los elementos necesarios para reproducir Doves Type al río Támesis. «Consagrada», según sus propias palabras. Robert Green, probablemente uno de los entusiastas más importantes de esta tipografía, calculó que la tipografía entera representaba una tonelada de material, por lo que Cobden-Sanderson, con 75 años sobre los hombros en aquel entonces, debió hacer más de 150 viajes para deshacerse de ella.
Al estudiar los diarios personales y otros registros históricos, Green pudo identificar el lugar aproximado que eligió Cobden-Sanderson. En octubre de 2014, una visita de apenas veinte minutos le permitió recuperar tres de los plomos, y tras pedir permiso a las autoridades del Puerto de Londres, el número se elevó a 151… sobre un total de 500 mil. El redescubrimiento de Doves Type permitió refinar los clones digitales que existen, y se convirtió en una «búsqueda del tesoro» muy interesante para los especialistas locales.
Fuentes: Holly Black vía ArtNet, TypeSpec