Bueno, casi todos sabemos dónde es que tenemos que ir para descargarlo, pero a lo que nos referimos es en dónde está Chrome con respecto al mercado de navegadores. Después del furor que causó su lanzamiento, el navegador de Google parece estar estancado alrededor del 1% del mercado. Esto no quiere decir que lo hayan descuidado ni mucho menos. Sus desarrolladores han estado ocupados eliminando bugs, especialmente uno que daba problemas con Hotmail y del cual hemos recibido algunos reportes. Pero la sensación es que corregir bugs y estabilizar al navegador ya no es suficiente. Entonces, ¿qué es lo que está faltando?
Bien, velocidad no le falta. De hecho, si Google Chrome no es el más rápido del mercado, está muy cerca de serlo. Pero hay varias cosas que todavía no aparecen, algunas más grandes que otras y que los usuarios están comenzando a cansarse de pedir. Por un lado, está la cuestión de plataformas. Ha habido algunos avances en ese aspecto, pero de forma oficial y sin que el usuario pelee con ninguna clase de código, la única plataforma compatible con Chrome hasta la fecha es Windows. Los usuarios de Linux están particularmente molestos por esta ausencia de soporte, acentuada por el hecho de que Google Chrome es un programa de código abierto. Y tampoco hay que olvidarse de los usuarios de Mac. Los seguidores de la manzana han aumentado considerablemente, por más que los números en el mercado de los ordenadores se nieguen a reflejarlo.
Después están los usuarios que quieren ver en Chrome aquello que más les gusta de sus navegadores favoritos, pero no lo encuentran aún. En el caso de los usuarios de Firefox, sin lugar a dudas se trata del soporte para extensiones. La cantidad de extensiones disponibles para Firefox es gigante, y a pesar de que no todas ellas sean realmente útiles, cada usuario del zorro de fuego ha encontrado cuatro o cinco tan vitales, que no puede imaginarse navegando sin ellas. Google Chrome aún no tiene esa clase de soporte, y por más que hemos estado monitoreando los canales de desarrollo, todavía no hay una fecha específica de cuándo veremos extensiones en Chrome. Esto hace que el camino de adopción de Firefox a Chrome esté completamente bloqueado.
Por más extraño que aparezca, los bugs y los problemas de estabilidad entran en tercer lugar. Personalmente, he usado Google Chrome durante varios meses, y salvo algún que otro detalle con ciertas páginas, no he tenido inconvenientes. Muchos usuarios han reportado no poder ingresar a Hotmail con Google Chrome. Me he topado en cierta ocasión con el anuncio de Hotmail que mi navegador no era compatible, pero nunca tuve un caso extremo como no poder redactar un correo. De todas formas, Google finalmente corrigió ese error, y Chrome no debería tener problemas con Hotmail otra vez.
Google Chrome salió de beta hace muy poco tiempo, y conociendo bien las actualizaciones que tuvo y las funciones que aún estaban ausentes, supe que era una mala movida. Los medios no fueron particularmente benevolentes con este cambio, tildando de "puro marketing" al abandono del término beta, en un intento por ganar más usuarios. Pero en estos tiempos el usuario ha aprendido a reconocer de manera más precisa qué está bien y qué está mal de un programa. Llega un punto en que hasta una beta se vuelve confiable, y por más que la palabra esté ahí, lo usarán igual. ¿Qué mejor caso que Google Mail? Aún sigue siendo beta. ¿Eso impide que el usuario común lo utilice? Todo lo contrario, cada vez hay más usuarios abandonando sus cuentas tradicionales para a usar Gmail. ¿Google Docs? Lo mismo, y en lo personal soy un adicto. ¿Google Gears? Recién va por la versión 0.5, pero todavía tengo que encontrarme con un problema proveniente de Gears.
Entonces, es una clara posibilidad que Google Chrome esté limitado al 1% del mercado por la falta de funciones que sufre. La clave para un ascenso meteórico de Chrome tal vez sea el soporte para extensiones. Debe haber miles de desarrolladores esperando con ansias la oportunidad para comenzar a crear extensiones compatibles con Chrome, o por qué no, trasladar las ya existentes de otros navegadores. Tampoco hay que desmerecer a la competencia. Firefox se ha vuelto muy sólido, Safari es indomable en Mac y Opera sigue siendo la espina en el costado. Además de demostrar sus propias virtudes (la velocidad, principalmente), Chrome debe aprender de las virtudes de sus rivales. Extensiones, configuración avanzada más amplia, soporte para Linux y Mac, parámetros de privacidad más claros, mayor y mejor integración con las aplicaciones de Google… todo eso sin dejar de sacar nuevas versiones y de corregir bugs. Adaptarse y seguir creciendo, pero teniendo objetivos claros. Los usuarios sabemos qué es lo que le falta a Chrome. Ahora Chrome es el que debe llegar.