Así como puedes comprar productos por Internet, ahora puedes derivar tus tareas personales a quien quiera hacerse cargo. Sólo tienes que publicar tu necesidad, elegir el mejor postor, y pagarle su trabajo.Nunca alcanza el tiempo. Vuelves del trabajo y tienes que sacar la basura, llevar la ropa al tintorero, pasear a tu perro, llamar a tu madre, lavar los platos, hacer la comida, darte un baño y apenas si te queda tiempo para darte una vuelta por NeoTeo. Seguramente habrás pensando alguna vez en la secretaria de tu jefe, esa que además de prepararle el café, hace sus trámites, le recuerda los aniversarios y compra los regalos para todas las celebraciones familiares. Pues ya puedes dejar de soñar despierto y tener tu propio asistente personal.
DoMyStuff (Haz mis cosas) es un sitio que sigue los lineamientos de eBay, pero en vez de comercializar productos o servicios profesionales, busca aspirantes para todas las tareas que no quieres hacer. Dicho de otra forma, tú publicas un anuncio en busca de alguien que te retire la ropa de la lavandería con los detalles pertinentes. Los interesados se postulan en tu anuncio con una descripción de lo que pueden hacer y qué remuneración esperan por ello. Tú eliges al mejor postor, y ya puedes olvidarte de esa tarea molesta.
Las tareas que puedes publicar son de lo más variadas, desde pasear al perro hasta planificar tu boda. Seguramente siempre haya alguien a quien le entretenga la tarea que tú detestas, o que, por lo menos, considere que es una buena manera de hacer dinero.
DoMyStuff recién comienza y aún no tiene muchos usuarios, aunque sus creadores aseguran que crece a pasos agigantados. El principal problema del sistema recae en la necesidad de proximidad física para la mayoría de las tareas diarias que uno no desea hacer. En nuestro caso, sólo podremos requerir servicios en línea (no estaría nada mal encontrar a alguien que te responda los correos electrónicos de tus suegros y cuñados) hasta que este servicio se abra camino a franquicias internacionales (o hasta que haya suficientes españoles registrados)
Verdaderamente suena tentador, siempre y cuando no tengamos en cuenta que no es lo mismo recibir un producto defectuoso a que tu suegra reciba un juguete sexual, con tu nombre en la tarjeta, para sus bodas de plata.