Atrás ha quedado el objetivo de parecerse a alguna actriz o cantante. Hoy, las personas que se acercan a los cirujanos para hacer una consulta quieren algo diferente, y a la vez muy perturbador: Parecerse a sus selfies. En otras palabras, desean alcanzar una apariencia similar a la que tienen en sus versiones digitales «optimizadas» con filtros y otros retoques. Los expertos bautizaron a este fenómeno «Dismorfia de Snapchat», y carga con un riesgo enorme para la salud mental.
La cirugía plástica ha logrado mejorar la calidad de vida de millones de pacientes con alguna alteración física (sea natural o provocada por un accidente), demostrando más allá de toda duda el potencial de sus intervenciones. Sin embargo, dicho potencial tiende a colapsar una vez que las expectativas desproporcionadas chocan con la realidad. El concepto de «adicción» a las cirugías plásticas es real, y quienes la sufren suelen detenerse cuando es demasiado tarde, con consecuencias desastrosas. Como si eso fuera poco, un grupo de investigadores en el Departamento de Dermatología en la Escuela de Medicina de la Universidad de Boston han publicado un texto en el que describen a una nueva y perturbadora tendencia: La Dismorfia de Snapchat.
Dismorfia de Snapchat: La nueva «moda» que preocupa a los cirujanos
Básicamente, las personas buscan a los cirujanos plásticos en un intento por parecerse más a sus «versiones ideales», o sea, tal y como se ven en las selfies después de haber procesado las imágenes con varios filtros de retoque digital. De acuerdo con Neelam Vashi, profesora de dermatología en la Universidad de Boston, uno de los aspectos más preocupantes es el deseo de resultados inmediatos. Los filtros de Snapchat y otras plataformas eliminan pecas, espinillas y detalles faciales secundarios casi en tiempo real, y los pacientes desean ver cambios en cuestión de días, o una semana a más tardar. Vashi admitió que no es un objetivo realista, y aunque puede mejorar la apariencia de una persona, necesita más de una semana para hacerlo, y no será al 100 por ciento.
La Dismorfia de Snapchat es una variante del llamado Trastorno Dismórfico Corporal, una preocupación excesiva por un defecto real o imaginario en la autoimagen que tiene serios efectos, comenzando por ansiedad, cuadros depresivos profundos, fobia social e incluso tendencias suicidas. El año pasado, una encuesta realizada por la Academia Americana de Cirugía Facial Plástica y Reconstructiva reveló que el 55 por ciento de los cirujanos recibieron pacientes que solicitaron cirugías para «verse mejor en las selfies». Lamentablemente, las soluciones no son sencillas. El TDC requiere una combinación de terapia y medicamentos, y tanto cirujanos como psicólogos reconocen que el comportamiento de aquellos que sufren Dismorfia de Snapchat no va a cambiar en el futuro cercano.
DEcía mi abuela que una ostia a tiempo quita mucha tontera. Una compañera de trabajo me preguntó por qué tenía en mi perfil tantos memes, capturas de pantalla de sistemas operativos y videojuegos en lugar de fotos mías. Para qué? Si no soy fotogénico y prefiero colocar fotos de cosas interesantes.