Todos los programas que ofrecen optimizar a Windows recorren de un modo u otro caminos similares. La mayoría de los trucos son bien conocidos por el usuario avanzado, pero existen otras funciones relativamente complejas de implementar a mano, y resulta muy conveniente que una herramienta pueda simplificar cada proceso. Eso nos lleva a Dism++, un optimizador mucho más completo de lo que aparenta, a pesar de su inglés quebrado y algunos problemas de interfaz.
¿Qué queda por optimizar en Windows? ¿Cuáles son esas tareas críticas que el usuario debe llevar a cabo para obtener lo máximo de su sistema operativo? En los últimos años hemos alterado, editado y modificado todo lo que estuvo a nuestro alcance, pero Windows 7 marcó una especie de «momento bisagra» en las optimizaciones. Con la llegada de las unidades de estado sólido, muchas optimizaciones menores fueron absorbidas a través de velocidad pura, mientras que otras quedaron obsoletas con la evolución natural del software.
Aún así, Windows no es perfecto en ninguna de sus versiones, los foros oficiales siguen repletos de problemas sin solución (el feedback allí es realmente pobre, debo reconocer), y necesita de toda nuestra ayuda. Cada vez que creemos conocer a todos los optimizadores aparece uno nuevo, y de ese modo terminamos en el sitio oficial de Dism++.
El programa fue creado en la tierra del Gigante Rojo de Oriente, y cualquiera que se sienta incómodo con ese detalle tiene dos opciones: Detenerse ahora, o ver cómo nos fue a nosotros. Su rol principal es servir como interfaz gráfica del reconocido DISM (Deployment Image Servicing and Management), pero lo cierto es que va mucho más allá.
Una de las secciones principales de Dism++ es «Disk Clean», en donde encontraremos varias opciones para limpiar archivos temporales de diferentes categorías, y tres parámetros muy especiales: CompactOS, herramienta exclusiva de Windows 10 que recupera espacio extra en unidades pequeñas (muchos híbridos con SSDs de 32 GB deberían usar esto), eliminar redundancias con la función de hard-linking en NTFS, y reducir el tamaño de la siempre conflictiva carpeta WinSxS.
En lo personal recomiendo pisar con cuidado a la hora de activar estas tres optimizaciones. Demandan mucho tiempo, y si la unidad principal es lo suficientemente grande, sus beneficios serán mínimos.
Otro aspecto muy interesante es la sección que nos ayuda a desinstalar las apps que Microsoft añade con su tienda oficial. Las batallas a través de PowerShell se vuelven agotadoras muy pronto, pero Dism++ reduce el esfuerzo a un par de clics (Consejo: No borres la tienda. Ingresa a ella y desactiva los updates automáticos para las apps). La sección «Control Panel» brinda la posibilidad de desactivar a Cortana (o reducir su presencia al mínimo posible), cambiar la interfaz de Windows (activar transparencias, etc.), modificar el menú contextual, bloquear la actualización de controladores vía Windows Update (asumiendo que el fabricante tenga algo mejor), y deshabilitar servicios.
Dism++ aún es un optimizador poderoso. Ahora, no olvidemos lo que el tío Ben le dijo a Peter Parker sobre poder y responsabilidad. Haz respaldos antes de aplicar cualquier cambio agresivo, la idea no es terminar con un sistema operativo fuera de combate.