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Diseñan una batería 10 veces mejor

El concepto tradicional del electrodo de litio tendrá que doblar la rodilla ante los nuevos materiales que empujan con fuerza en el futuro cercano. El grafito propone una duración 10 veces mayor, un menor coste de fabricación y encima, contamina menos. El resultado del proyecto de investigación de esta nueva batería ha superado todas las expectativas y prometen comercializarla en 5 años.

No podemos negar que las baterías son nuestra debilidad. Representan el corazón de la nueva era del transporte eléctrico y todo lo que se avance en su diseño contribuirá a alcanzar por fin la tan soñada independencia del petróleo. Hasta ahora todo son promesas y cero realidades. Aparecen proyectos alucinantes de baterías que ofrecen rendimientos de ensueño pero luego se trata de meras elucubraciones teóricas o proyectos a muy largo plazo que se quedan por el camino. Algunos agoreros culpan a las grandes compañías petrolíferas que, sumidas en oscuras maquinaciones, tratan de reventar toda posibilidad de que este invento de la ciencia llegue a consolidarse. Sin embargo, a nosotros nos parece que la tardanza en llegar a una batería auténticamente eficaz se debe simplemente a la dificultad intrínseca de la investigación. No es tan sencillo obtener grandes cantidades de energía de un proceso químico tan débil como el que ocurre dentro de una batería convencional. Sin embargo, la investigación no ceja en su empeño de procurarnos unos productos que por fin puedan competir con los rendimientos del petróleo. En este caso, investigadores de University of St Andrews, Strathclyde y Newcastle han desarrollado un nuevo prototipo de batería que allana el camino hacia los coches eléctricos o hacia dispositivos electrónicos con baterías de verdadera larga duración. El nuevo concepto propuesto por estos científicos alargaría la duración de sus baterías hasta 10 veces más que una convencional de litio. Además, debido a su diseño, ahorraría peso, no contaminaría tanto y para colmo de parabienes, su coste de fabricación sería menor. Suena a música celestial.

La han bautizado como batería STAIR (St. Andrew Air), y su aportación se basa en sustituir el electrodo de óxido de litio cobalto con carbono poroso, permitiendo a los iones de litio y a los electrones de la batería reaccionar con el oxígeno. Normalmente las baterías acarrean todos los compuestos químicos consigo transformando unos en otros y así almacenar carga o liberarla en forma de corriente eléctrica. En este caso se utiliza el oxigeno de la atmósfera de tal modo que no hace falta llevarlo consigo. Con esta batería se llega a almacenar 4 amperios hora por gramo de carbono. El prototipo culmina con éxito un proyecto de cuatro años de duración que empezó cuando estos investigadores se dieron cuenta que el ciclo de carga-descarga basada en el carbono poroso y el oxígeno atmosférico parecía funcionar bien. Peter Bruce, uno de los investigadores del proyecto, dice que la clave de todo es el uso del oxígeno atmosférico en lugar de acarrear otros compuestos. El oxígeno debe penetrar a través de un lado de la batería que esté expuesto al aire y reacciona en los poros del carbono para producir electricidad. El hecho de sustituir materiales tóxicos como el cobalto, níquel y otros elementos, por el carbono, bastante más inocuo, hace que podamos llamar batería “verde” a este invento de los científicos de St Andrews.  Si sus pretensiones de comercializar el producto en 5 años se confirman, puede que nos encontremos por fin con el verdadero artífice de la revolución tecnológica del transporte.

Escrito por imported_Kir

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