Lisandro Pardo
Pocas cosas son tan sencillas como escuchar música en estos días. Puedes ingresar a Spotify, reproducir algunos vídeos en YouTube o visitar otros servicios dedicados de manera sencilla, y sin pagar un centavo. Sin embargo, en la década del ’60 había que ser un poco más creativo, y a través de toda Inglaterra la gente comenzó a utilizar al servicio Dial-a-Disc, que ofrecía una canción popular por día a quienes llamaban por teléfono.
La General Post Office tenía habilitados a mediados de los años ’60 varios servicios de información por vía telefónica, incluyendo la hora oficial, el reporte meteorológico, y los resultados del cricket. Este último servicio sólo funcionaba dentro de la temporada de cricket, que se extendía de mayo a agosto, dejando a una buena parte de la (muy costosa) infraestructura sin uso por ocho meses.
La respuesta para ocupar ese «tiempo» fue Dial-a-Disc, una plataforma musical que tuvo su prueba piloto en la ciudad de Leeds el 7 de julio de 1966. La prueba en sí duro poco menos de un mes, pero su recepción fue lo suficientemente buena como para realizar una segunda evaluación en diciembre, y durante los siguientes cuatro años se extendió al resto del territorio.
¿Cómo funcionaba? Todo lo que debía hacer una persona era tomar el tubo y marcar «16» o «160». Luego de un breve mensaje y un tono, comenzaba la canción que había sido programada para ese día, siendo repetida una y otra vez.
La disponibilidad de Dial-a-Disc era compatible con los horarios de tarifa reducida para la telefonía, o sea, de 18 a 06 de lunes a sábado, y las 24 horas el domingo. En un principio estaba limitado a las siete canciones más populares del momento, pero después fue extendido a ocho (dos canciones el domingo), y en su versión completa llegó a incluir el Top 20.
Dial-a-Disc no podía escapar a los caprichos de la telefonía en aquella época, por lo que el ruido de fritura, el sonido mono, las voces de algunas personas en la línea, los jóvenes que ocupaban horas enteras los teléfonos públicos, y los hackers (que constantemente trataban de escuchar música gratis) eran inevitables.
Sin embargo, eso se volvió parte de su encanto. A mediados de los ’70, el Dial-a-Disc recibía un promedio de 70 millones de llamadas anuales, pero alcanzó su pico máximo en 1981, con 200 millones de llamadas en el año. Un verdadero pionero de la distribución musical, Dial-a-Disc fue retirado en 1991, después de haber transmitido su magia a través del cobre por 25 años.
