La era nuclear ha traído múltiples beneficios en materia energética, pero el problema número uno en la obtención de esta clase de energía siguen siendo los desperdicios radiactivos. El cesio es probablemente uno de los elementos más complejos de controlar y aislar entre los desperdicios nucleares. Es la razón principal para la existencia de la famosa Zona de Exclusión que se mantiene en las cercanías de la central de Chernóbyl, y una mínima cantidad puede generar graves complicaciones en la salud humana. Un grupo de científicos ha descubierto un material especial que, inspirado en una planta carnívora, "devora" y aisla por completo al cesio radiactivo, lo que podría significar un aumento radical en la eficiencia de la limpieza de este elemento.
Tanto el uranio como el plutonio generan diferentes productos radiactivos luego de ser fisionados. El cesio en forma de diferentes isótopos es uno de ellos, y es considerado como uno de los productos más complicados de aislar y almacenar como desperdicio nuclear. No existe un método eficiente para aislar al cesio, y definitivamente no es algo que alguien quisiera tener cerca. El cesio es el "actor principal" en toda la zona afectada por el Desastre de Chernóbyl, y más allá de que la vida media de su isótopo 137 sea de poco más de treinta años, no deja de ser un elemento extremadamente peligroso. Algunas de las secuelas de la exposición al cesio (y a otros tantos elementos radiactivos) son esterilidad, y diferentes formas de cáncer. Por supuesto, la muerte por envenenamiento radiactivo también se encuentra dentro de la ecuación.
Ahora, es posible que un grupo de científicos de la Northwestern University haya encontrado una forma particularmente eficiente de almacenar al cesio. Se trata de un material compuesto por antimonio, azufre y galio, que posee "poros" abiertos. Al entrar en contacto con este material, el cesio ingresa por los poros y provoca que el material los cierre de inmediato, atrapando de forma efectiva al cesio en su interior. Las pruebas realizadas con cesio en una solución de sodio pesado han demostrado una capacidad de "secuestro" del cien por ciento, capturando todo el cesio e ignorando al sodio pesado al mismo tiempo. De acuerdo a la publicación, extraer cesio de las enormes cantidades de desperdicio nuclear equivale a encontrar una aguja en un pajar. La concentración del cesio es baja, pero eso no le quita lo peligroso.
El sistema de captura del material está claramente inspirado en las famosas plantas carnívoras. Las plantas pueden ignorar estímulos como el viento o el agua de lluvia, pero cuando algún insecto entra en sus fauces, lo atrapan de inmediato. El comportamiento del material desarrollado es muy similar una vez que entra en contacto con el cesio. El cierre de los poros en el material fue algo que tomó por sorpresa a los científicos, ya que en realidad buscaban lograr un intercambio de iones, algo que han logrado hace dos años con otro elemento radiactivo especialmente peligroso, el estroncio 90. Con el desarrollo suficiente, es posible que esta casualidad, si es que podemos llamarla así, ofrezca una respuesta mucho más eficiente frente al tratamiento y el almacenamiento del desperdicio nuclear.