Las autoridades han usado a la tecnología de forma intensa para combatir el terrorismo y otras formas de crimen, pero esta debe ser una de las más extrañas ideas hasta la fecha. Un grupo de científicos británicos se encuentra trabajando en un dispositivo que podría detectar el miedo a través de una feromona que se despide con el sudor. Ubicados en lugares estratégicos, se espera que estos dispositivos permitan identificar a aquellas personas que se encuentran sometidas a un alto grado de tensión y miedo, producto de su participación en un acto de terrorismo, o incluso en un delito.
La creciente ola de terrorismo desde septiembre de 2001 ha provocado que las autoridades de varios países se vean forzados a implementar nuevas (y en algunos casos radicales) medidas de seguridad. Lamentablemente, estas medidas nunca parecen ser suficientes: El recuerdo de múltiples atentados, entre ellos el del 11 de marzo de 2004 en la Estación de Atocha, así lo prueban. La tecnología ha sabido asistir en gran manera a aquellos que luchan tanto contra el terrorismo como contra otras formas de crimen, desde una foto remota tomada por un satélite hasta ciudades enteras cubiertas de cámaras. Sin embargo, este proyecto puede ser uno de los más extraños y controvertidos, ya que intenta identificar algo con lo que debemos convivir todos los días, y provocado por diferentes cosas: El miedo.
Un grupo de científicos en Gran Bretaña espera desarrollar un dispositivo capaz de detectar feromonas asociadas con el miedo, provenientes de personas que estén a punto de cometer algún crimen, o que ya lo hayan cometido y se encuentren en fuga. Todo parte de la idea del "olor del miedo", que fue aparentemente comprobado cuando investigadores estadounidenses obtuvieron muestras de las axilas de un grupo de paracaidistas en su primera experiencia, y determinaron con una serie de pruebas que el cerebro humano responde de forma inconsciente a la feromona emitida por una persona asustada. La idea es sintetizar este proceso, y crear sensores que, ubicados en lugares estratégicos, podrían determinar qué personas se sienten temerosas.
La clave, además de la complejidad tecnológica del proyecto, estará en diferenciar a aquellas personas asustadas en relación con un crimen o un acto terrorista. Hay miles de razones por las que una persona puede asustarse, y la pregunta de cómo hará este artefacto para diferenciar a un terrorista de una mujer aterrorizada por una cucaracha parece ser una de las más difíciles de responder. Aquellos involucrados en el proyecto calculan que podrán alcanzar una etapa de prototipo entre dos y tres años, pero honestamente hablando, los inconvenientes parecen muchos. Hay una gran cantidad de "olores" que pueden confundir a este dispositivo, y si sólo se enfoca en detectar al miedo, entonces los criminales encontrarán formas de evadirlo. Una opción sería el consumo de un narcótico que genere niveles de euforia suficientes como para que la feromona del miedo se vea enmascarada (o no se produzca), pero hasta que este dispositivo no sea creado, no lo sabremos con certeza.
