Windows 11 cumplirá tres años el próximo 5 de octubre. Microsoft no es ajeno a lanzamientos controvertidos, pero hay mucha gente allá afuera convencida de que no era necesario otro Windows… y los números parecen confirmarlo. Después de casi 36 meses, Windows 11 apenas logró alcanzar la mitad del mercado de Windows 10, un rendimiento bastante pobre si lo comparamos con la evolución de ediciones previas.
14 de octubre de 2025. Esa es la fecha límite para el soporte extendido en las ediciones retail de Windows 10. Digo «ediciones retail» porque algunos builds especiales recibirán updates hasta 2027, 2029, e incluso 2032, pero Microsoft también habilitará el acceso al programa ESU, garantizando parches hasta octubre de 2028… siempre que las compañías estén dispuestas a pagar.
Obviamente, eso nos hace girar hacia Windows 11… un sistema operativo marcado por requerimientos de hardware excesivos, funciones irrelevantes, múltiples regresiones en su interfaz, y una ausencia de razones suficientes para «dar el salto». Como era de esperarse, esto se ve reflejado en sus números de adopción: Si nos guiamos por las últimas estadísticas de StatCounter, Windows 11 tiene apenas la mitad de mercado que Windows 10… con tres años sobre los hombros.
Ese caracol llamado Windows 11
Durante el mes de septiembre, Windows 11 llegó al 33.42 por ciento, mientras que Windows 10 encontró un nuevo piso en el 62.75 por ciento. Aún con sus dificultades iniciales, Windows 10 necesitó 29 meses para «cruzar las líneas» con Windows 7, pero Windows 11 ni siquiera logró eso con 36. De hecho, todo parece indicar que el sistema operativo deberá esperar a 2025 para llegar a ese punto crítico, estimulado por la campaña de FUD que Microsoft (inevitablemente) iniciará buscando advertir sobre el fin del soporte extendido en Windows 10.
La única buena noticia que tiene Windows 11 a su favor llega a través del espacio gamer. A principios de este mes, Windows 11 se convirtió en la opción más popular entre los usuarios de Steam, pero fuera de ese ecosistema, sus número están lejos de los que esperaba Microsoft. Como si eso fuera poco, los milagros del soporte ARM siguen sin materializarse: Los desarrolladores de software hablan de una experiencia miserable, y el alto precio de los equipos con el nuevo hardware de Qualcomm definitivamente no ayuda.
Tanto Microsoft como los OEM han puesto sus huevos en la canasta de la inteligencia artificial, y se calcula que eso estimulará la venta de equipos el año entrante, todos con Windows 11 preinstalado, pero no porque exista una demanda o un deseo legítimo, sino porque no habrá otra alternativa.
Fuentes: StatCounter, The Register
