Maniobras oscuras de mercadotecnia sumadas a la magia de la producción barata proveniente de Oriente nos han dado diferentes tipos de dispositivos que han llevado a los formatos mp3 y mp4 a rangos supuestamente superiores, cuando en realidad estamos ante una de las más grandes mentiras que podemos encontrar en la tecnología. De hecho, muchos de aquellos gadgets que dicen soportar al formato mp4 en realidad no lo hacen, ya que las diferencias técnicas entre el mp3 y el mp4, y “dentro” del mismo mp4, son un poco más amplias que un simple cambio de número.
Todo comenzó con un sencillo paseo dominical, pasando frente a la vidriera de un negocio dedicado a vender diferentes accesorios para ordenadores y telefonía celular. Junto a la imitación de un pendrive Kingston más pobre que he visto en mi vida, había un supuesto “reproductor mp4 de oferta”. Tal y como diría el gran filósofo Homero Simpson en estos casos, estaba frente a uno de los más espectaculares ejemplos del avance del “Panaphonics” y el “Sorny”. Esta fue la última parte de la ecuación, ya que en la semana una amiga me dijo que se había comprado un “fabuloso mp5”, y tuve que proceder a explicar que lo que había comprado, era un mito. Estoy convencido de que nuestros lectores deben estar perfectamente al tanto de esto, pero nunca está de más repetirlo: No hay nada más allá del mp4, que actualmente está en desarrollo.
“Pero el mp4 es mejor”. A decir verdad, el mp3 y el mp4 son dos cosas ligeramente diferentes. El mp3 establece tanto la codificación como el formato, mientras que el mp4 sólo determina el formato, de ahí el término “formato contenedor”. En términos más sencillos y sueltos, piensa en el mp3 como en un jpg para audio, mientras que el mp4 se parece al avi (son formatos contenedores ambos). El mp3 “contiene” audio mp3 (además de algunos extras como información de la canción y la tapa del álbum, aunque eso es dominio de una “etiqueta contenedora” como la ID3), mientras que el mp4 puede ser creado a partir de diferentes códecs, que pueden verse (o no) reflejados en su extensión. Los archivos mp4 pueden tener audio y/o vídeo, imágenes y texto (la lista sigue), mientras que un archivo m4a tiene audio independientemente de su códec (con pérdida como AAC, y sin pérdida como el ALAC de Apple). Los dispositivos móviles suelen recurrir al 3GP y 3G2, pero de acuerdo a la publicación del formato MPEG-4 Part 14, la extensión “oficial” es mp4.
El formato MPEG-4 Part 14 (el nombre para la última revisión del mp4) es una extensión del formato MPEG-4 Part 12, el cual deriva del MPEG-4 Part 1 (el MPEG-4 tiene 27 partes hasta ahora, con una más en desarrollo), y cuya raíz esencial es el formato QuickTime. En otras palabras, algo así como el bisabuelo del mp4 salió de Apple. Esta importante diferencia entre formato de compresión y formato contenedor hace que la teórica compatibilidad de muchos “reproductores mp4, mp5 y mp6” se caiga a pedazos. Es decir: Yo tengo un archivo wav, y lo codifico a través del códec AAC en un archivo con extensión mp4. Sin embargo, tal vez el chip dentro del reproductor no se lleva muy bien que digamos con el códec AAC, y cuando paso el archivo al reproductor, resulta que no puedo escuchar nada. Tal vez puedan lidiar con el contenedor avi basado en algún otro códec, pero cuando agregas lo que crees que es un mp4 puro y duro, es probable que no recibas nada a cambio.
Hace un tiempo mencioné que podríamos considerar reemplazar al mp3. Técnicamente hablando, ya existe un reemplazo, pero no se trata del mp4. No puedes reemplazar a un formato de compresión con un formato contenedor. Algo aún más perturbador es que un archivo mp4 puede tener audio mp3 en su interior, sin embargo, lo más común es encontrar una combinación de AVC (también conocido como H.264) por el lado del vídeo, y AAC por el lado del audio (descarga un vídeo de YouTube en formato mp4 para comprobarlo), por lo tanto, el “reemplazo oficial” del mp3 es AAC, y no mp4. Hay una enorme cantidad de software y dispositivos compatibles con AAC, entre los que se puede nombrar a Winamp, Foobar2000, y los dispositivos iOS.
A la hora de “crear” archivos de audio AAC, una similitud con el mp3 está a la hora de encontrar un codificador. Ambos formatos están sometidos a patentes, por lo tanto, para no caer en violación de derechos de propiedad intelectual, muchos codificadores se distribuyen a través de su código. En el caso de LAME, si visitas la página oficial sólo encontrarás el código, pero una búsqueda un poco más profunda por la Web te dará acceso a ejecutables ya compilados e interfaces compatibles para facilitar su uso. Por el lado de AAC, un codificador gratuito y de libre acceso para los usuarios es el que ofrece Nero, pero al que se suele considerar como el “LAME de AAC” es el Free Advanced Audio Codec o FAAC. Ya que nos estamos ahogando en formatos, ¿por qué no hacer una comparación? (Lo que sigue a continuación es una enredadera de comandos. Tengan paciencia, por favor.)
Más fácil decirlo que hacerlo. Al tratarse de un códec más avanzado, la opinión general es que AAC puede lograr una calidad de audio superior al mp3 con menor bitrate. Como si eso fuera poco, a los codificadores AAC disponibles les gusta jugar con el “bitrate variable”, por lo que se hace mucho más complejo determinar el tamaño final del archivo. Para tratar de igualar un poco la balanza, extraje “Video Killed the Radio Star” de mi CD, y usando esa pista en formato wav como referencia, la convertí usando parámetros lo más justos posibles. En el caso de FAAC, el comando máximo de calidad es “-q 500”, entregando un archivo m4a con un bitrate promedio de 308 kbps. Para lograr un archivo con bitrate idéntico en el códec Nero, el parámetro necesario fue “-q 0.762”. La única forma de imponer un valor de 308 kbps en LAME es usando el parámetro “–freeformat”, que de acuerdo a la documentación es altamente incompatible con los reproductores, algo que fue posible comprobar de inmediato. Un archivo de audio que no se puede reproducir es algo inútil, por lo que decidí darle un poco de ventaja a LAME, usando “-q 0 -b 320” en modo CBR como parámetro de máxima calidad. La diferencia de espacio está obviamente a favor de AAC, cortesía de su VBR. El modo VBR de LAME entrega un promedio de bitrate más bajo, en el orden de los 272 kbps. En ese caso, el mp3 final es un megabyte más pequeño que los archivos AAC. Haciendo un promedio entre el mp3 a 320 kbps y a 272 kbps, y usando ese resultado, tenemos un archivo mp3 teórico de 308 kbps con un tamaño (también calculado) de 9.33 megabytes. En resumen: La diferencia de tamaño a favor de AAC bajo el mismo bitrate, de acuerdo a nuestras pruebas, es mínima.
Ahora: ¿AAC se escucha mejor? Lamentablemente, no puedo dar más que mi opinión personal, y creo que sí, que AAC suena un poco mejor. Puede que tú tengas un equipo de audio mejor que el mío, o mejores auricularles, o peores, o tal vez yo tenga un problema en los oídos que me haga escuchar las cosas de una forma diferente. Mi opinión es esa, pero deberás formar tu propia respuesta con tu software y tu hardware. AAC puede ser más avanzado técnicamente, pero la versatilidad del mp3 no va a desaparecer pronto, por más que provoque dolores de estómago a los audiófilos. Mi solución es sencilla: Busca un reproductor que tenga soporte para algún formato lossless, y que a la hora de repoducir vídeo, pueda trabajar con los formatos que corresponde. A modo de ejemplo, el iPod Touch está 185€, aunque puedes obtener una tablet Archos por menos de la mitad, que posee un amplio soporte de formatos. Y si la idea sigue siendo un reproductor genérico proveniente de Oriente, no tires tu dinero, y que solamente diga “mp3”. Todo lo demás, es fantasía.