Existan causas y propensiones o no, un ataque cardíaco es algo totalmente imprevisible y el lugar y la hora en la que se de puede ser la diferencia entre sobrevivir o dejar de existir. Para ayudar a que la asistencia llegue antes que las ambulancias, quieren inventar drones de emergencia que entreguen desfibriladores volando hacia el lugar donde yace el paciente en menos de 5 minutos.
No todos los drones sirven para ingresar ilegalmente en el espacio aéreo de un país y ejecutar a decenas de personas –inocentes o no- desde el aire y en el más completo anonimato, en uno de los actos más cobardes y desalmados de la historia militar. También hay formas menos espeluznantes de darle utilidad a una tecnología que ha sido bastardeada por los intereses políticos y económicos detrás de cada misión militar, y en este caso es justamente la antinomia a destruir vidas. Los drones de asistencia con los que sueña el grupo sin fines de lucro alemán Definetz tienen un objetivo diferente: salvarte la vida ante una descompensación cardíaca al enviarte desfibriladores, sea donde sea que estés agonizando.
Los llamados Defikopters serán unos drones que trabajarán de forma conjunta con las autoridades médicas de los servicios de urgencia, pues cada drone cubrirá un área de 9,65 km, que será su radio de acción en caso de una emergencia. Esta cobertura le da a cada operación un tiempo estimado de 4 minutos y medio, el 20% del tiempo que normalmente puede llegar a tardar una ambulancia en zonas urbanas. Los drones irían autónomamente hacia el lugar luego de recibir una llamada al servicio de emergencias de los mismos, a la cual las personas tendrán comunicación directa vía una app para smartphone que también servirá como punto de referencia GPS para el sistema de navegación del drone.
La idea ha recibido muchísima aceptación de parte de autoridades de diferentes organizaciones e instituciones alemanas, pero se ha confluido en lo complicado de su utilización ya que habría que crear un programa de educación al respecto del uso de los desfibriladores y una forma de corroborar la verdadera necesidad del mismo y la seguridad del dron que lo envía, que se podría solucionar parcialmente con un servicio de registro de potenciales usuarios y/o suscriptores, según modelo privado o público de su administración. El tema del cuidado del vehículo es importante para quienes analizan esta forma moderna de salvar algunas vidas, sobre todo porque estos vehículos aéreos no tripulados podrían llegar a costar cerca de 26.000 dólares cada uno y dudamos que alguien quiera invertir tanto por el momento sin un modelo seguro y eficiente de que sea un negocio.