La “experiencia definitiva” dentro de un mundo virtual iría mucho más allá de utilizar solamente nuestros ojos y oídos. Después de todo, tenemos cinco sentidos “oficiales”, y aunque un mundo virtual puede recrear cosas como un trozo de madera o una fogata, no podemos “sentir” cosas la textura o el calor. Con un objetivo similar en mente, un grupo de científicos ha desarrollado dedos inteligentes con circuitos integrados que eventualmente deberían ser capaces de transmitir directamente a nuestra piel diferentes tipos de sensaciones simuladas.
¿Utilizarías circuitos sobre tu cuerpo? No hablemos necesariamente de implantes, sino de algo que puedes quitarte en cualquier momento. La llamada “wearable technology” o tecnología con la que uno “se puede vestir” está ganando terreno un paso a la vez. Recientemente hemos visto detalles sobre una camiseta que podrá retransmitir tweets o reproducir vídeos guardados en un iPhone, y aunque probablemente sea un objetivo completamente ocioso, instala cierto precedente. Ahora, una cosa es una pantalla en una camiseta, y otra sería una especie de guante adaptable con circuitos integrados. Con un dispositivo de esa clase, la pregunta no sería qué podríamos hacer con ese guante, sino qué es lo que el guante podría hacer por nosotros. A modo de ejemplo, ¿qué te parecería recibir sensaciones?
Dicho guante puede que aún esté lejos, pero un grupo de científicos de la Universidad de Illinois en Urbana–Champaign ha comenzado con los dedos. Básicamente, se trata de circuitos que utilizan pistas de oro, instalados sobre un polímero que a su vez es acoplado a un tubo de silicona con la forma de un dedo. Cuando el usuario se coloca este dedo de silicona y lo invierte, el circuito queda del lado de la piel, listo para transmitir sensaciones. De momento, la única sensación que han logrado reproducir es la de un hormigueo, pero serviría como base para desarrollar sensaciones más elaboradas, como por ejemplo temperatura, presión y textura.
Un dispositivo de esta clase tiene el potencial de enriquecer notablemente cualquier experiencia virtual, especialmente en caso de que se utilice como herramienta para un sistema de entrenamiento. Médicos podrían realizar operaciones virtuales con la misma respuesta táctil que obtendrían de sus delicados instrumentos en el quirófano, y entre sus posibilidades más extremas se han considerado sistemas de monitoreo que cubran órganos enteros, permitiendo a los doctores conocer la situación de cada uno de ellos sin necesidad de intervenciones posteriores. Claro que, para eso, habrá que esperar un buen tiempo…