La revolución en materia energética y ecológica que desencadenó la difusión y aceptación de las bombillas de bajo consumo todavía está en curso, pero el LED está queriendo encontrar la manera de ser el estándar en los hogares, por más complicada que pueda ser por el momento la competencia en eficiencia técnica y económica. Sin embargo, estudiantes de la Universidad de Galicia acaban de descubrir un proceso con el cual pueden producir bombillas LED que ahorran un 80% de energía, lo que en perspectiva podría llegar a ser un punto de inflexión en la forma de iluminar nuestros hogares o espacios públicos.
Las bombillas o lámparas de bajo consumo no están en una posición cómoda, a pesar de que las calidades de LEDs actuales no son lo que quisiéramos en términos de realizar una transferencia tecnológica masiva. Claro que nadie se queda de brazos cruzados, y los proyectos y desarrollos se cuentan de a cientos, buscando darle un poco más de vida útil a nuestro planeta (y la rentabilidad de las empresas de servicios, obvio) a través de la ecología y el desarrollo sustentable, acompañado por una reducción de la energía necesaria por día y la eventual contaminación que se genera para conseguirla. Suerte que tenemos científicos trabajando en el asunto, y los facultativos gallegos mostraron que de los problemas surgen las verdaderas soluciones, aunque sea esas que se encuentran de casualidad o sin buscarse tanto.
Según los investigadores de la Univerdad de Ciencias Ourense, en Galicia, se toparon con un verdadero hallazgo luego de ser contratados por una ingeniería de la misma localidad para analizar qué es lo que estaba pasando con los diodos LED que estaban instalando en la red pública. Resulta que por alguna falla técnica, estos diodos estaban fallando demasiado y duraban muy poco en relación a la vida útil proyectada. Planteado el problema, los científicos de la universidad pusieron manos a la obra y luego de hallar un procesos por el cual se el calor se disipa de una determinada forma, evitando el sobrecaliento de las bombillas (no llegarían a 80 grados) y dándole una mayor vida útil a estas. Según los investigadores, la causa de las fallas y baja calidad de las bombillas que originaron el estudio era la acumulación de calor por uso de materiales de bajo nivel y por un proceso de montaje deficiente.
Las bombillas con las que se hicieron no sólo duran más, sino que también son más eficientes y tienen un ahorro de energía considerable, cercano al 80% en relación a las anteriores. La duración estimada de cada una sería de 55.000 horas, lo que implica que tendrías la misma bombilla durante casi 15 años. Patentado con urgencia, este modelo se comenzará a producir entre Inebo y la Universidad dentro de dos semanas con una tirada de 10.000 unidades. El objetivo sostenido por las dos partes es que la tecnología sea de vanguardia y el proceso funcione de maravillas, pero en términos de negocio, lo principal es que también se puedan fabricar en serie y de manera económica. Si estas premisas se cumplen con satisfacción, estamos seguros que una nueva generación de bombillas alumbrará el futuro.