Si los planes del ejército de EE.UU. se cumplen, en el año 2020 casi un tercio de sus tropas deberían ser algún tipo de robot. Más allá de que se cumpla o no con este plazo, el anuncio es una clara señal de hacia que escenario bélico nos dirigimos. Las guerras del futuro, está visto, será del hombre contra la maquina.
Y decimos “será del hombre contra la maquina” por que difícilmente los países que EE.UU. tiene por costumbre tomar como enemigos puedan desarrollar una tecnología similar, al menos en el mismo plazo.
Según ha trascendido, algunos investigadores de la Universidad de Washington aseguran que el objetivo de su gobierno es que el 30 % de las tropas del ejército de ese país estén constituidas por robots. Y el plazo para lograrlo es de solo doce años.
En realidad, ya hemos comentado antes como el uso de robots se ha ido extendiendo de forma constante en esa fuerza durante los últimos años. Por supuesto, el término “robot” comprende a todo tipo de vehiculo que pueda operar sin necesidad de un ser humano a bordo. Ese 30% que se busca incorporar incluye desde camiones sin chofer hasta aviones de reconocimiento no tripulados, pasando por detectores de explosivos como el iRobot PackBot.
Prácticamente todos estos ingenios necesitan de un humano que lo controle a distancia. Es decir, son robots asistidos. Afortunadamente, falta mucho para ver algo parecido a un T-800 repartiendo balazos por ahí. Esto no es un dato menor, ya que los mismos investigadores que los desarrollan se encargan de resaltar el hecho de que siempre un humano es el que toma la decisión de disparar (o no).
Esto permite que un humano pueda analizar y tomar decisiones en base a la situación antes de disparar. De esta forma se evitarían los “disparos accidentales” atribuibles a los robots, y se elimina el miedo a que una de estas máquinas pueda cometer un crimen.
Sinceramente, si esto basta para dejarlos tranquilos, es para envidiarlos. Supongo que para el soldado enemigo (que sigue siendo un ser humano de carne y hueso, con padres, hijos y amigos) que le toque estar parado frente a uno de estos robots le será de muchísimo consuelo saber que el que, en definitiva, presiona el gatillo, es un amable y educado soldado de EE.UU., que se encuentra a unos kilómetros de distancia, a salvo en su bunker.