Ray Bradbury no era una persona neutral en materia de política. Todo lo contrario: El escritor repudió al autoritarismo de la época en su país, y las acciones del famoso «Comité de Actividades Antiestadounidenses», dedicado a cazar comunistas. Bradbury nunca fue comunista, pero una imaginación demasiado amplia y la contundencia de su máquina de escribir ponían nerviosos a los genios en Washington. ¿Consecuencia? Bradbury se transformó en una «persona de interés» para el FBI…
El Comité de Actividades Antiestadounidenses fue formado por la Cámara de Representantes en el año 1938, antes de que comenzara la Segunda Guerra. Sin embargo, es necesario destacar que lo precedieron tres comités, Overman, Fish, y McCormack–Dickstein, entre 1918 y 1937. Sus operaciones también alcanzaron a aquellos con supuestos «pensamientos y sentimientos pro-alemanes», pero llegado el fin de la guerra, la prioridad era detectar elementos comunistas. En marzo de 1947, la Doctrina Truman entró en acción: Impedir, deteriorar, y/o neutralizar la expansión geopolítica soviética.
Casi en paralelo, el senador Joseph McCarthy desarrollaba su propia «cacería de rojos», sin una relación directa con el comité más allá de las similitudes. A principios de la década del ’50, la Guerra Fría se estaba calentando rápidamente, y las autoridades reaccionaron tal y como se esperaba: Paranoia, interferencia en el espacio artístico, censura, prohibiciones, «listas negras» de directores y escritores, e investigaciones completas ante la más mínima sospecha de actividad comunista. Algunos artistas se cansaron de la intervención gubernamental, y uno de ellos era Ray Bradbury.
La historia nos dice que Bradbury publicó a «Fahrenheit 451» en octubre de 1953. Su semilla había sido plantada cuatro años antes, cuando Bradbury y un amigo tuvieron un pequeño incidente con un policía demasiado entusiasmado con su trabajo. Eso dio lugar al cuento corto «El Peatón», predecesor de «El Bombero», que luego se convirtió en Fahrenheit 451. Bradbury insistió durante muchos años que «451» era una crítica a los medios masivos de comunicación (en especial la televisión) que destruyen el interés por la literatura, pero su asociación contra el autoritarismo, las acciones del comité y el Macarthismo de turno es difícil de disolver aún hoy.
De un modo u otro, Bradbury terminó bajo la lupa del FBI. La información disponible sugiere que Martin Berkeley, colaborador número uno del comité dentro de Hollywood, y encargado de compartir con la agencia cientos de nombres, le bajó el pulgar a Bradbury. Una parte del informe indica:
«Algunos de los escritores sospechados de poseer antecedentes comunistas han estado desarrollándose en el espacio de la ciencia ficción, y que la ciencia ficción podría ser un campo lucrativo para la introducción de doctrinas comunistas.»
Gracias a un proceso de desclasificación, hoy podemos explorar buena parte de la investigación desde nuestros ordenadores. Enlace más abajo.
Fuente: Flashback
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