Star Wars es un universo con múltiples aspectos para destacar, pero si hay uno que merece su propia categoría, es el personaje de Darth Vader. Antes de las precuelas y del joven Anakin Skywalker, todo lo que teníamos era una torre ambulante en armadura negra, con cierta preferencia por la tortura y una voz capaz de derribar paredes. Esa voz pertenece a nada menos que James Earl Jones, pero debajo de ese doblaje estaba el actor y fisicoculturista británico David Prowse. Con casi dos metros de alto y una amplia experiencia en levantamiento de pesas, Prowse era ideal para encarnar a Vader…
¿Has visto la La Naranja Mecánica? Si la respuesta es no, entonces tienes una asignatura pendiente, pero para continuar debo compartir un pequeño spoiler: Cuando Alex termina herido en la casa del señor Alexander, es recogido como si fuera un muñeco de trapo por su guardaespaldas, Julian. Esa mole de casi dos metros es David Prowse, reconocido pesista y fisicoculturista inglés. Además de tener su propia carrera como actor, Prowse se encargó de entrenar a otros actores para roles muy exigentes, entre los que se destacan Christopher Reeve como Superman, y Cary Elwes, el eterno Westley en The Princess Bride.
Sin embargo, en 1978 tuvo la enorme oportunidad de ingresar al universo Star Wars prestando su cuerpo, y aunque muchos no lo crean, su voz, al implacable Darth Vader. De hecho, Prowse realizó todos los diálogos durante la filmación, pero Lucas llegó a la conclusión de que quería una voz más «oscura» y amenazante para Darth Vader. El acento de Bristol de Prowse era muy fuerte, y Carrie Fisher admitió que durante la filmación lo habían apodado «Darth Farmer» (Darth Granjero) debido a ello. El golpe bajo fue que nunca le advirtieron a Prowse sobre el inminente doblaje, una supuesta decisión del propio Lucas.
Otro momento crítico en el que Prowse fue reemplazado fue durante el duelo entre Vader y Luke en Return of the Jedi. Prowse no había recibido instrucciones como espadachín, y quebró varios de los palos que servían como sables de luz. Las escenas quedaron a cargo del coreógrafo y entrenador de esgrima Bob Anderson, dejando a Prowse a un lado.
Al parecer, el director de Return of the Jedi Richard Marquand perdió una semana tratando de filmar (y fracasando) la escena en la que Vader arroja a Palpatine al vacío, y sólo fue posible con el regreso de Prowse. Como si eso fuera poco, Prowse insiste en que Lucas le había garantizado que sería él quien desarrollaría la «muerte» de Vader sin la máscara, con su rostro y su voz original, pero lo reemplazó el actor Sebastian Shaw, filmando aquella famosa escena en absoluto secreto.
Prowse nunca se alejó de Star Wars. Su presencia en el mundo de las convenciones está muy bien documentada, e incluso participó del evento oficial Star Wars Celebration en 2007, que marcó el trigésimo aniversario de la saga. Aún así, no todo fue color de rosa. Prowse dijo que había mantenido una disputa con Lucas por una supuesta filtración de la muerte de Vader a la prensa antes del estreno de «Return», siendo esa la razón para su reemplazo al final.
También fue crítico de la trilogía de precuelas en 2005, a las que llamó «fuera de contexto» en lo referente a efectos especiales. Y en 2009 habló sobre dinero: Prowse dijo que su contrato por «Return» tenía una cláusula que le permitía acceder a una parte de las ganancias, pero gracias a la «contaduría de Hollywood», no vio un centavo (lo mismo le pasó a Shaw).
El quiebre definitivo sucedió en 2010, cuando George Lucas ordenó que a Prowse no se le permitiera el ingreso a ninguna convención oficial… de por vida. ¿La razón? Desde el punto de vista de Lucasfilm, Prowse simplemente «había quemado demasiados puentes». ¿Quieres saber más de él? Busca el documental español «I Am Your Father» de Toni Bestard y Marcos Cabotá. Es un buen punto de partida.
