La agencia DARPA está trabajando para construir un elaborado mapa cerebral de los chimpancés, para luego replicarlo en un modelo computacional. Los científicos implicados aseguran que estos datos permitirán –algún día-ayudar a la recuperación de las personas que han sufrido alguna clase de daño cerebral. Pero, conociendo a DARPA, no sería raro que estén –otra vez- intentando conquistar el mundo. Inserte risa diabólica aquí y siga leyendo.
DARPA, la Agencia de Investigación de Proyectos Avanzados de Defensa de los Estados Unidos, se encuentra embarcada en un proyecto que pretende crear un completo mapa cerebral de los chimpancés. Estos primates son primos bastante cercanos –evolutivamente hablando- de los humanos, y en la agencia alegan que todos los conocimientos que se obtengan de este trabajo podrán aplicarse para desarrollar tratamientos que ayuden a recuperarse a las personas que han sufrido alguna clase de daño cerebral. De hecho, DARPA tiene una trayectoria importante en este tipo de trabajos con monos, y alguna vez han incursionado en el desarrollo de mecanismos que permiten a estos animales controlar brazos robots con el pensamiento.
Para muchos, la agencia es el “brazo loco” del ejército estadounidense, y siempre está buscando ideas que le permitan obtener alguna clase de ventaja en el campo de batalla. Sin embargo, esta vez –al menos oficialmente- el fruto de la investigación será aplicado solamente para ayudar a las personas a recuperarse más rápidamente de lesiones cerebrales. Según DARPA, el objetivo último del programa es crear un modelo computacional biológicamente preciso de las estructuras y redes contenidas en el cerebro del primate. Este modelo debería describir con precisión la actividad cerebral desplegada durante la tarea de aprendizaje y sus respuestas ante estímulos sensoriales.
Lo que DARPA está buscando, en realidad, es la construcción de un modelo en silicio del cerebro analizado. Esta réplica computacional de la mente de un primate es el punto de partida del nuevo proyecto. Una vez que esté listo, el modelo debe ser lo suficientemente fiel como para reproducir el funcionamiento del cerebro cuando está realizando tareas complejas, y ser lo suficientemente sofisticado como para simular lo que ocurre en caso de que se produzcan daños en uno o más de sus canales de entrada sensoriales. El indispensable contar con un cerebro virtual de este tipo para no tener necesidad de estar mutilando monitos todo el tiempo.
¿Qué beneficios puede traer esta investigación a DARPA? Muchos. En realidad, lo que se busca es comprender cómo hace el cerebro de un primate –no olvidemos que los millones de soldados que andan disparando por el mundo también lo son- para reconfigurarse y seguir funcionando después de una lesión. Es sabido que, si las lesiones no son demasiado graves, el cerebro puede “recablearse” para que otras regiones reemplacen a las que se han dañado. Este mecanismo permite a muchas personas seguir “funcionando” de forma casi normal después de un accidente o un ataque cerebral. Entender cómo funciona esta útil característica de nuestros cerebros ayudaría a los soldados lesionados a volver al campo de batalla más rápidamente y en condiciones.
Pero las posibilidades, por supuesto, no terminan ahí. Una vez que DARPA tenga su compu-mono listo, podría experimentar muy fácilmente con lo que ocurre con los mecanismos del aprendizaje cuando se lo somete a determinados estímulos. Si la simulación es lo suficientemente buena, esta investigación podría allanar el camino hacia un aprendizaje –o adoctrinamiento- mucho más efectivo. Tratándose de DARPA, todo es posible