Cyber Guerra: USA es presa fácil

Ni siquiera el país más poderoso del planeta se salva de los problemas para llevar adelante una defensa sólida de la red. Luego de 2 días de un juego que recrea un feroz ataque a los sistemas centrales estadounidenses, se llegó a una conclusión que nadie esperaba: la táctica de respuesta apesta. Ahora se sabe que, al menos hoy por hoy, para los terroristas de la web, Estados Unidos es presa fácil. Una porción servida en la mano. Pan comido, señores.

Ya los conocemos. Son los mismos que pueden levantar muros kilométricos contra la inmigración ilegal, pedir visa de entrada hasta a las aves que vuelan sobre su territorio, o montar grandes embestidas "preventivas" contra países potencialmente criminales. Pero lo que al parecer no pueden hacer es recordar los puntos críticos de la seguridad básica de una nación, porque según una prueba realizada con un juego que emula un cyberataque masivo, ha saltado a la luz el ingenuo descuido de Estados Unidos en el frente más poderoso del mundo actual: la red. Pues claro, en internet no solo juegas o pirateas películas, también puedes destrozar los principales canales de comunicación y bases de datos de un Estado, entre muchas otras cosas, y al parecer en América del Norte no lo han tenido muy en cuenta. Tanto es así que algunos especialistas han considerado esta situación de debilidad como similar a aquella en la que se encontraron luego de los atentados del 11 de Septiembre de 2001: la amenaza fue visible sólo cuando todo se tornó una tragedia irreversible.

El juego consistía en que los participantes pusieran a prueba sus conocimientos reales sobre procedimientos defensivos, para reducir de alguna manera el efecto de los ataques continuos generados por el programa. Lo cierto es que no fue nada positivo, dado que la simulación dejó al descubierto una enorme cantidad de errores que afectan a las tareas de Liderazgo, Planeamiento y Comunicaciones principalmente, a lo largo y a lo ancho de las aproximadamente 230 dependencias gubernamentales y entidades privadas sobre las que fue realizada la evaluación de dos días. Un resultado contundente y alarmante.

La pregunta es, ¿no aprendieron de este peligro en el pasado? Hace algún tiempo Rusia y Estonia estuvieron involucradas en un escándalo de sucias maniobras virtuales, y no sólo se perjudicaron mutuamente -o eso es lo que dicen- sitios web propiedad de cada uno de esos Estados, sino que se originaron unos buenos problemas diplomáticos difíciles de salvar. El terrorismo va alternando de a poco la forma exclusiva de las bombas y los asesinatos masivos, pues las posibilidades que se abren con un acceso a las redes públicas de un país, sobre todo si hablamos del país más influyente del planeta, son casi infinitas. Ahora deberán ser invertidas sumas de dinero irrisorias para paliar la deficiencia, pues lo que dice Mark Gerencser, vicepresidente de las consultorías Booz Allen Hamilton (que realizaron esta prueba) es muy claro: "No existe una respuesta o plan de juego". Se considera que lo ideal en estos casos, además de contar con reglas metódicas de procedimientos y mucha, mucha información, sería poder recurrir a un marco legal que defienda a rajatabla los derechos en internet, ya que aún no es posible mundialmente llegar a un acuerdo acerca de una posible legislación de internet en sí.

La "esperanza" está ahora toda sobre el gobierno que llevará adelante Barack Obama, quien se ha manifestado mucho más preocupado que sus antecesores en resguardar la ventaja que da internet a las mentes criminales. De todos modos, en Estados Unidos las autoridades ya habían impulsado medidas contemplativas sobre esta temática. Recordemos que esto sucede justo un año después de que el -todavía- Presidente Bush anunciara a toda pompa un plan oficial que haría de Estados Unidos un objetivo virtual menos vulnerable.  Pues ahora al menos sabemos que no les ha servido mucho ese plan, ¿eh?, así que ten cuidado de tan siquiera permanecer muy cerca de un ordenador norteamericano, porque podrían ser más delicados que una fragancia de señorita.