Para quienes extrañaban al viejo sitio donde mirar películas y series gratis, Cuevana está de vuelta con una aplicación de escritorio que recuerda mucho a Time 4 PopCorn. Demasiado, podríamos decir. Es que la nueva aplicación Cuevana Storm está usando gran parte del código fuente de Popcorn Time, al cual no citó ni agradeció ni nada en sus primeras horas como una aplicación de código… cerrado.
En una movida que tuvo sus repercusiones y encendidas críticas en las redes sociales, el creador de Cuevana, Tomás Escobar, publicó en Cuevana.tv las betas para Mac y Windows de un nuevo cliente de escritorio para Cuevana llamado Cuevana Storm. Este programa ofrece la resurrección de Cuevana como un programa para ver películas y series más rápido, utilizando el streaming de torrents. Lo bajamos y lo probamos, con resultados bastante satisfactorios y disfrutando de una interfaz verdaderamente cómoda y fácil de usar, como lo era en el viejo Cuevana en versión servicio web. Todavía con algunos problemas en la carga inicial y con el subtitulado de las películas en idiomas diferentes al español, Cuevana Storm parece tener futuro como aplicación de escritorio, especialmente si tomamos en cuenta la enorme publicidad y popularidad que tiene encima Cuevana, Cuevana 2 y Cuevana TV. Sin embargo, lo que parecía un lanzamiento sorprendente, se transformó rápidamente en escándalo.
Todo comenzó cuando el fundador de Popcorn Time publicó en su Twitter las capturas de pantalla con el código de Cuevana Storm y el su propia aplicación, destacando los parecidos entre ambos. De hecho, su comentario fue que el código de Storm era “el de @getpopcornapp retocado superficialmente por si alguno pensaba que iban a hacerlo de 0.” Al no mencionar al verdadero creador del código en el que estaba inspirado el proyecto, Cuevana Storm y su creador comenzaron a ser criticados en las redes sociales por su falta de honestidad. Como si fuera poco, los análisis sobre el código fuente de Cuevana Storm continuaron y el mismo Daniel Zajdband descubrió que Cuevana Storm “trackeaba” a sus usuarios, algo bastante rechazable en términos de preservación de privacidad e identidad de alguien que está consumiendo contenido de una manera poco legal, aunque se trate de Google Analytics y no mucho más.
Pero lo peor de todo es que Cuevana Storm se lanzó como una aplicación de código cerrado. La protesta de otro de los responsables del proyecto PopCorn Time fue contundente: “Algo que se hizo descentralizado, open source y respetando todas las licencias de código, paso a ser algo propietario y cerrado. (…)La diferencia entre los que queremos progresar y mejorar las cosas a los que simplemente copian y hacen una versión “made in china“.
Para quienes no conocen el comienzo de la novela, a continuación repasamos un poco del fondo de la historia. El primer Cuevana sucumbió ante los embates imparables de la industria, que a través de abogados e intimaciones de todo tipo le hicieron conocer a Tomás Escobar que desarrollar una aplicación web popular y exitosa pero a la vez peleada con la legalidad tenía consecuencias negativas. Luego de un tiempo de incertidumbre, Cuevana 2 surgió de las cenizas con una forma diferente de trabajar, pero el éxito no fue el mismo ya que no siempre se conseguían los títulos de manera rápida y con buena calidad. Hasta que un día llegó PopCorn Time, de Daniel Zajdband, que con una manera totalmente diferente de hacerse con las películas más populares, se ganó el corazón de la gente hasta que fue “invitado a retirarse” por los mismos organismos de protección de propiedad privada.
En este código fuente tan reconocido por sitios locales e internacionales se basó Cuevana Storm, quien recién al término de la redacción de este artículo abrió su código al público a través de GitHub e incorporó a su README un comentario sobre los que inspiraron el código que ellos reformaron. Entre los desarrolladores, el veredicto fue unánime: tarde y forzado.