Un cuadricóptero puede ser, desde cierto punto de vista, una excelente pieza de aeromodelismo, pero cuando ese mismo cuadricóptero comienza a realizar maniobras por sí solo, logra sincronizarse con otras naves a su alrededor y depende cada vez menos del ser humano, la idea de estar ante uno de los ancestros de Skynet se revuelve en el fondo de nuestras mentes. Sin embargo, la gente de la Flying Machine Arena ha hecho algo dentro de todo inevitable: Asociar los controles de un cuadricóptero a los movimientos que un operador realiza frente al Microsoft Kinect.
Personalmente no puedo evitarlo. Veo a un cuadricóptero en pleno vuelo y la escena de Kyle Reese escapando del cazador-asesino mientras intercambian disparos de láser pasa volando frente a mis ojos. Estas pequeñas naves han crecido tanto en agilidad como en autonomía, y pueden hacer cosas en verdad extraordinarias, pero creo que lo más sorprendente es su capacidad de “independencia”. Por supuesto, detrás de cada cuadricóptero hay al menos un ser humano, aunque la regla suele indicar que se trata de todo un equipo realizando pruebas y mediciones. Sin embargo, hemos visto a algunos cuadricópteros llevar a cabo maniobras impresionantes por sí solos, reaccionando a cambios en su entorno, y sin interacción directa con un controlador. Dicho de otra forma, a veces dan un poco de miedo.
Hace unos meses atrás hemos visto de cerca los logros de la Flying Machine Arena, un proyecto que se está llevando adelante en el Instituto Federal de Tecnología en Zurich. Los cuadricópteros allí tienen un nivel de precisión tal que incluso tocaron el piano con uno de ellos como saludo de fin de año. Pero ahora, se trata de algo que dentro de todo se puede considerar previsible. Una vez más, el Microsoft Kinect prueba que rinde mucho más estando lejos de la Xbox 360. Ya lo habíamos visto convertido en un radar, y en esta ocasión, se convierte en el medio de control principal. Con el brazo derecho el usuario puede indicar los movimientos generales a seguir por el cuadricóptero, mientras que con la izquierda puede ordenar un “bucle”. Para aterrizar el cuadricóptero, sólo es necesario aplaudir una vez. No es la primera vez que vemos algo como esto, pero el resultado final aquí parece mucho más pulido.
La programación en el vuelo también cuenta con una “zona de exclusión” alrededor del usuario, con el objetivo de evitar colisiones con el cuadricóptero, y a la vez posibles lesiones. Aunque hay dudas razonables a la hora de pensar en el Kinect como un sistema de control más “natural” para un cuadricóptero, en la Flying Machine Arena han hecho un excelente trabajo. Claro que, siempre hay que tener cuidado. La escena del final es un sólido ejemplo de cómo una persona puede reaccionar ante el “comportamiento inesperado” de un cuadricóptero. Personalmente, hubiera salido corriendo como una rata si esa cosa se arrojara hacia mí fuera de control…