El hardware ha tenido múltiples variantes a lo largo de los años, con rangos de precios que van de un extremo a otro. Sin embargo, la versatilidad natural del hardware sumada a cuestiones como el reciclado y la reutilización pueden dar como resultado algunas configuraciones bastante curiosas. Ha llegado a mi poder un ordenador antiguo para los estándares de hoy, pero que se encuentra completamente funcional, a pesar de contar con partes de orígenes muy diferentes. Aprovecharé la ocasión para compartir con nuestros lectores un pequeño viaje explorando a los componentes de este sistema, y con un poco de suerte, saber de qué oscuro agujero informático salieron.
Unas placas de aquí, otros componentes de allá, algunos cables, un poco de compatibilidad, una pizca de suerte, y al presionar el botón de encendido tenemos un ordenador. En los papeles parece sencillo, pero en la práctica cada caso es un universo propio. Podemos gastar cientos de euros en los últimos exponentes de hardware y encontrar que por esos caprichos misteriosos de la compatibilidad no pueden funcionar juntos, mientras que se pueden tomar componentes de tres ordenadores distintos con varios años de diferencia entre sí, y hacer que trabajen como si hubiesen sido hechos por el mismo fabricante. Como persona expuesta a una densidad insalubre de ordenadores, siempre tengo la idea de que no hay nada más que me pueda sorprender, pero la informática es más terca de lo que parece.
Y así es cómo llegamos a este ordenador. O al menos, “proyecto de ordenador”. Los caminos que suelen llevar a estos sistemas hasta mí tienden a ser más o menos los mismos: O los compro a un precio muy accesible, interesado en una configuración específica, o simplemente sus dueños, en un ataque ya sea de limpieza general o de frustración por el espacio ocupado, colocan en mis manos a la carcasa, al grito de: “No la quiero más, tómala”. La letanía del reciclado, la reutilización e incluso la donación no parece tener efecto en esas mentes fijas en un ordenador más rápido, más bonito, y que fundamentalmente ocupe menos espacio. En consecuencia, vivo rodeado de componentes que no utilizo durante meses, incluso años, mientras que mi familia está convencida de que estoy más allá de cualquier rescate posible.
El mejor lugar para comenzar a describir a este sistema es, aunque parezca mentira, su carcasa. La misma proviene de un ordenador Compaq Presario 5443, un modelo con un procesador AMD K6-2 de unos llamativos 475 Mhz. El formato es conocido como “Microtorre”, y sí, es tan propietario como se lo puedan imaginar. Lo único que había dentro de la carcasa era la placa base, la unidad óptica, la tarjeta de red, el procesador con su disipador, la fuente de alimientación original (que ciertamente hubiese sido una pesadilla de reemplazar si no hubiera funcionado), y rastros de una civilización pasada entre el polvo y las bolas de pelo de un animal indeterminado. Después de extraer todas las partes y de realizar una limpieza profunda (que involucró agua, aire comprimido y otras asistencias de carácter químico), dejé de lado tanto placa base como procesador (ya tendré tiempo para ambos en otra oportunidad), y conservé lo demás. El detalle: Su cubierta aún conserva la pegatina de “Preparado Año 2000”. Si no me creen, miren la imagen…
La placa base que terminó dentro de esa carcasa es bastante inusual. ¿Alguien conoce la marca Syntax? Si la respuesta es no, honestamente no los culpo. De acuerdo a lo que he podido averiguar, Syntax era una especie de “rama de bajo costo” de Elitegroup, mejor conocido en la actualidad como ECS. El modelo en cuestión es el S8601MP, y tiene todo integrado, incluyendo el procesador. Ahora, los procesadores soldados a la placa base no son algo raro, ya que he tenido mi cuota de chips Duron integrados con una velocidad de reloj reducida, cortesía de la gente de PcChips. Lo extraño es que el procesador fue hecho por la gente de VIA. Hace algunos años, cuando el zócalo 370 era común, la creencia general indicaba que solamente Intel hacía chips para ese zócalo, pero lo cierto es que VIA los hacía también, más específicamente, los modelos C3. El que tiene esta placa base pertenece a la primera arquitectura “Samuel 2” de 150 nanómetros (hoy estamos en 32), y por más etiquetas con la leyenda “1.2 GigaPro” que pueda tener, el reloj llega hasta los 800 Mhz. Su batería del CMOS estaba agotada, y reemplacé la broma de mal gusto que el procesador tenía por disipador. Nada de grasa siliconada aquí, sino una pegatina que me hizo recordar a aquellos adhesivos sin tolueno que se usan en el calzado y la carpintería.
A pesar de que la placa base tiene sonido integrado, terminó con una tarjeta de audio dedicada. Se trata de nada menos que una Sound Blaster, y este modelo en específico es el CT4750, formalmente ubicado dentro de la familia PCI 128. Decimos “familia” porque Creative lanzó al mercado una enorme variedad de placas Sound Blaster. Algunas de ellas son un poco complicadas de identificar, y en un proceso al que lamentablemente estamos acostumbrados a ver, Creative negó el soporte a una buena parte de sus productos a partir del lanzamiento de Windows Vista, forzando a los usuarios a adquirir nuevo hardware. Básicamente, todas las tarjetas “pre-Audigy”, excluyendo a la Live 24-Bit, se han quedado afuera de la fiesta, aunque existe la posibilidad de que Windows Vista e incluso Windows 7 posean controladores cuando Creative se ha negado a desarrollarlos. Esta tarjeta en especial llegó desde un sistema Pentium III que tuvo una tragedia de capacitores, y si bien no tiene nada de extraordinario, es definitivamente superior al chip de audio integrado.
Una vez más, la placa base también ofrece red integrada (chip Realtek), pero decidí traer de regreso a la vieja tarjeta de red que estaba en la Compaq Presario. “PCI ACCTON UTP Controller” es el nombre, basada en el chip MPX EN5038, con una velocidad dual típica de 10/100 megabits por segundo. El hecho de que haya estado dentro de la Presario indica que la placa fue testeada de forma considerable, y tampoco extraña que aún hoy se encuentre funcionando a la perfección. En la actualidad podemos encontrar tarjetas de red “extremas” que usan puertos PCI Express y chips dedicados para “mejorar la competitividad” de los jugadores en línea y otras cosas, pero si no fuera por una cuestión de controladores, todavía estaría usando aquellas viejas placas 3Com con ese color verde tan particular que tenían. Y hablo por experiencia: Traté de instalar una en Windows 7, pero no hubo suerte. La retahíla de insultos que acompañó a esa decepción no necesita ser reproducida aquí.
Llegamos a la unidad óptica, al disco duro y la memoria. La óptica también es otra herencia de la Compaq Presario, modelo CRD-8322B, con una gloriosa velocidad de 32x. La magia de Internet reporta que el fabricante de esta unidad parece haber sido LG, más allá de que la etiqueta claramente dice “Compaq”, la identificación secundaria también es de Compaq, y al parecer cada código de barra también está asociado a Compaq. La fecha de fabricación dice “Agosto 1999”. En comparación con las unidades de ahora, sólo puedo decir que ya no las hacen como antes. Por otro lado, el disco duro es Seagate. No el Seagate tradicional que tal vez estén imaginando, sino un Seagate ST320014A, de apenas 20 GB de capacidad. La etiqueta con los datos del disco cobre toda su superficie (algunos modelos tenían una cubierta hecha de goma), y honestamente, no puedo recordar de dónde salió. Lo tengo hace años, y por más que haga un esfuerzo, tengo la mente nublada. La historia de las memorias es aún más oscura. Sólo se encuentran en este ordenador porque resultaron compatibles con la placa base, y nada más. Una de ellas es una “Markvision Value”, con chip MCP, y la otra ni siquiera acusa una marca, pero he podido determinar que los chips fueron hechos por Micron. Ambos módulos son de 256 MB, lo que le otorga a nuestro pequeño engendro un total de 512 MB de RAM.
Hasta aquí hemos llegado por hoy. Aunque parezca mentira, este híbrido mutante de hardware ya fue puesto bajo fuego durante un buen rato, y todavía no ha explotado, lo cual es sin dudas una buena noticia. Si el tiempo, el hardware, y el hecho de encontrar una cámara digital como la gente lo permiten, tal vez les cuente cómo fue la instalación de un sistema operativo (Windows XP, probablemente), y por supuesto, la siempre agradable tarea de buscar controladores. Sí, eso fue sarcasmo. ¡Buena suerte!