… ¿qué es lo que tienes ahí? ¿Encontraste un archivo? Déjame v… oh. Supongo que la abuelita no fue suficiente, ¿verdad? ¿Algún miedo que quieras compartir sobre parques y ferias? ¿Payasos horribles o un empleado con aspecto raro que te aterrorizaba de pequeño? Porque si deseas saber más de SCP-823… todo eso será insignificante. Pocas veces la Fundación ha encontrado un lugar en el que la muerte se instaló de manera tan profunda. Y creéme cuando te digo que no fueron muertes pacíficas.
Parece que tu versión del archivo está muy censurada. Me temo que con algunos detalles no puedo arrojar mucha luz. Ni siquiera yo sé la ubicación de ese maldito lugar, pero la Fundación tiene mucho poder de fuego estacionado allí. Nunca menos de seis elementos, varios de ellos francotiradores muy bien entrenados. Existe una zona de exclusión dentro de SCP-823… sí, esa es la «Zona Roja» de la que habla el archivo. El personal debe obedecer a un perímetro adicional a su alrededor, unos veinte metros como precaución. Y todo lo que ingrese a la Zona Roja morirá fusilado por los francotiradores. No importa si es un civil extraviado, un miembro de la Fundación o un animal salvaje. Si entra, no sale.
El verdadero riesgo surge cuando los pitidos y la música comienzan a sonar. Algo o alguien en la Zona Roja es responsable por ella. Los agentes tienen órdenes de usar protección para los oídos y retroceder a un perímetro de dos kilómetros, más allá de la Zona Amarilla. El sonido es la principal línea de defensa allí. La Fundación decidió limitar el equipo de comunicación al mínimo para evitar interferencias. Si alguno llega a filtrar un reproductor de música, no la va a pasar bien.
Supongo que quieres saber sobre el «Domingo Sangriento», ¿no es así? SCP-823 siempre tuvo una historia de accidentes extraños y muertes muy violentas… pero ese domingo decidieron que nadie debía regresar. 231 muertos y 7 heridos. Algo despertó en ese parque infernal. Lo hizo a lo grande, retorcido y fuera de control.
Una pareja en el Túnel del Amor terminó fusionada en varios puntos, como si la carne fuera plastilina. El sujeto en el disfraz de hipopótamo murió asfixiado… el relleno del traje invadió su boca, tráquea y pulmones. ¿La montaña rusa? 15 decapitados, siempre en grupos de dos, empezando desde el final. La víctima que falta sufrió una caída de 15 metros. Cuello roto, la cabeza deshecha. Uno de los sobrevivientes fue encontrado en la Casa de los Espejos. Su pierna izquierda apareció colgando del techo, de sus tendones. El brazo izquierdo estaba a cinco metros del torso. La pierna derecha había sido devorada en parte por alguien denominado «Sujeto 79». El brazo derecho… jamás lo encontraron.
La Fundación no tardó en enviar a los chicos de Rho-71. Su objetivo era investigar «causa o ubicación», y aprendieron ambas cosas en carne propia. El análisis forense de tres agentes determinó suicidio como causa de muerte. El comandante de Rho-71 se… autopenetró en el ojo izquierdo hasta morir. Un agente se tomó la molestia de desarmar sus municiones, una bala a la vez, para comerse la pólvora. Otro fue descubierto con la quijada rota. Todos los dientes que le faltaban se encontraban en sus pulmones y su tráquea. Rho-71 perdió al 50 por ciento de su equipo en SCP-823.
¿Qué van a hacer? Por el momento… nada. El Consejo rechazó la petición de bombardear y reducir a polvo el lugar. ¿Por qué? Demasiados civiles cerca, imposibilidad de cubrir el evento de forma adecuada, y el hecho de no saber qué demonios hay ahí dentro. Pero deberán cambiar su posición tarde o temprano. Verás, la Zona Roja… está creciendo.