En un área aislada y clasificada cerca del lago Baikal en Rusia, la Fundación lucha por contener una infección. Ahora, cuando hablo de «infección», no quiero que pienses en términos de virus o bacterias. Lo que… «vive» ahí es peor que la muerte misma. Esta infección es altamente contagiosa, incurable, y tiene la capacidad de transformar a sus víctimas en monstruos espantosos. Pero aún hay más: Esas criaturas harán todo lo posible para esparcir su horror, y convertir a nuestro mundo… en el suyo.
Todo comenzó con la desaparición de algunos granjeros en la región. En menos de 72 horas, elementos de la policía local, la policía regional, y un agente gubernamental se sumaron a la lista de perdidos. Un pequeño contingente militar se desplazó hacia la zona, y lo que encontraron allí provocó su inmediata retirada, al mismo tiempo que las autoridades dieron luz verde a la Fundación para investigar. Rápidamente se instaló un perímetro bajo el pretexto de «maniobras militares», y hasta ahora ha sido el recurso más efectivo para «contener» a SCP-610. Sin embargo, el protocolo de seguridad implementado por la Fundación no deja margen a errores de interpretación: Matar y quemar todo lo que salga de allí. Cualquier cosa viva que haya entrado en contacto con SCP-610 será considerada «descartable» y exterminada de inmediato. Ahora… ¿qué es SCP-610? ¿Por qué demanda una respuesta tan brutal y contundente?
Uno de los peores aspectos de SCP-610 es que no transmite la sensación de ser algo grave al principio. Apenas una infección en la piel que causa sarpullido, picazón y sensibilidad… pero ya es demasiado tarde. La infección avanzará, y en menos de tres horas la víctima quedará cubierta con manchas que se asemejan a tejido cicatrizado. Al superar la marca de las cinco horas, el infectado habrá sido consumido por completo. La Fundación descubrió que una exposición a altas temperaturas acelera radicalmente el avance de la infección, con registros inferiores a cinco minutos. Pero la tortura apenas está dando sus primeros pasos.
Tras una breve interrupción de sus funciones vitales, el infectado «revivirá» de la forma más perturbadora: Su tejido cicatrizado comenzará a crecer y actuar por voluntad propia. Todo lo que lo hacía humano desaparecerá, dando lugar a una serie de apéndices, brazos y piernas adicionales. La cabeza perderá su forma, volviéndose más larga o ancha, y otras partes del cuerpo se abrirán para que crezca más tejido.
Bajo ciertas condiciones que la Fundación aún no logró identificar por completo, algunos infectados por SCP-610 dejarán de moverse y permanecerán allí, básicamente «echando raíces». A partir de ese punto, la carne de la víctima continuará creciendo hasta alcanzar y consumir todos los objetos cercanos. Lógicamente, cualquier infectado «pre-tejido» tratará de buscar ayuda, pero si uno de esos retorcidos seres encuentra a alguien sin señales de SCP-610 en su cuerpo, responderá con extrema agresividad, en un intento por infectarlo. Con el permiso de las autoridades rusas, la Fundación realizó varias expediciones dentro del territorio controlado por SCP-610. La pérdida de personal y equipo fue considerable, pero aún así logró aprender un detalle que podría cambiarlo todo: SCP-610 no es un simple crecimiento errático. Hay algo inteligente en su interior… y se está organizando.