Puedo verlo en tu cara otra vez. El conflicto entre duda y deseo. Fue lo que aprendiste la semana pasada, ¿verdad? Quieres saber más sobre las operaciones que tiene la Fundación allá afuera. Qué clase de perímetros de contención utiliza y cuál es su capacidad de respuesta. En fin… quieres saber sobre los monstruos que están sueltos. Ni siquiera yo los conozco a todos, y para ser honesto, creo que es mejor así. Pero has venido a buscar una dosis extra, un bocadillo antes de la medianoche. ¿Algo clásico, entonces? Una niña que hace desaparecer a la gente en el bosque…
Parroquia de St. Landry. Justo en el centro de Luisiana. Es raro que la Fundación comparta detalles precisos sobre la ubicación de un SCP, pero en este caso, digamos que no tienen opción. Demasiado terreno pantanoso para cubrir, 2.77 kilómetros cuadrados cerrados con rejas y alambre de púas. Los puestos de vigilancia están separados por 500 metros, y todos los «guardabosques» que puedes ver allí patrullando son en realidad elementos de seguridad.
Semejante despliegue para contener lo que parece ser una niña. Preadolescente, con cabello largo y cubierta de barro. Otros dicen que puede tomar la forma de animales, o peor aún, de gente reportada desaparecida. La «niña» fue designada SCP-1692-1, mientras que la otra anomalía es SCP-1692-2, un sumidero en el centro de la zona protegida, repleto de agua, barro… y cadáveres.
Hasta ahora, la Fundación reconoció los restos de 31 seres humanos y 24 animales cerca de SCP-1692-2. Catorce de esos cuerpos dieron positivo al comparar los reportes de residentes desaparecidos entre 1910 y 1959 (los años exactos fueron clasificados). La Fundación instaló una serie de cámaras cerca del pozo, y sus agentes descubrieron que han salido nuevos cuerpos… pero nunca vieron que entrara algo en él.
Las apariciones de SCP-1692-1 son más frecuentes cuando alguien ingresa a su zona de influencia, y de algún modo provoca que el individuo la siga hasta que se pierde por completo. En ese punto, todos sus rastros (desde las huellas hasta la ropa que llevaba puesta) desaparecen. Cualquiera pensaría que SCP-1692-1 devora gente extraviada, pero la historia no termina allí. Apenas estamos empezando.
A veces, el proceso tarda un par de horas. A veces, varias semanas. Una cosa es segura: Dentro de ese intervalo surge una nueva instancia, SCP-1692-3, e intenta abandonar la región. SCP-1692-3 posee una apariencia física muy similar a la de la persona desaparecida, pero hay un problema… no está «completa». Me refiero a que SCP-1692-3 tiene signos de mutaciones y deformaciones, drásticas alteraciones en su cuerpo, como si alguien hubiera tratado de… reconfigurar su forma.
Los datos de la Fundación sobre las instancias SCP-1692-3 hablan de extremidades ausentes sin amputación, órganos extraídos, e hidrocefalia. Más del 80 por ciento sufre de otros «errores»: Diferente tipo de sangre, órganos de distinta edad, cambios en el color de ojos y cabello, dominio de idiomas desconocidos para el sujeto original, señales de vivisección, amnesia disociativa con despersonalización, y más. Solamente dos instancias de SCP-1692-3 lograron sobrevivir.
La Fundación supo de SCP-1692 por primera vez en 1938. Varios niños desaparecieron y fueron localizados a los pocos días. Dos de ellos habían perdido dedos, otro tenía dedos extra, y tres presentaron cambios en el color de ojos y cabello. Varios oficiales se esfumaron en el aire durante la búsqueda, y uno de ellos regresó gritando que era afroamericano, cuando tenía piel blanca. La gente simplemente comentó que «regresó embrujado».
El personal de la Fundación no tardó en descubrir el cuerpo de un niño al que le faltaban las piernas, y buena parte de la cabeza por arriba de la línea de la mandíbula. El cuerpo era compatible con la descripción de un tal Bobby Dunbar, quien había desaparecido 25 años atrás, y fue encontrado «sano y salvo» a los pocos meses.
El Bobby Dunbar adulto insistió durante su entrevista que no podía recordar nada del hecho… con la excepción de una memoria sobre «el otro muchacho en el carruaje». La investigación de la Fundación reveló que el joven recuperado por la familia Dunbar había estado bajo la custodia de un tal William Cantwell Walters, quien en su momento dijo que el niño rescatado era Charles B. Anderson, hijo de una mujer que trabajaba para él. Esa mujer trató de demandar a los Dunbar, pero el propio niño dijo que la señora Dunbar era su madre. Bobby Dunbar falleció en 1966, y un estudio de ADN en 2004 estableció que no tenía relación genética alguna con la familia Dunbar.
El otro caso relevante de SCP-1692-3 involucró a una mujer que había perdido su ojo izquierdo, y tenía varias puntadas en el lado izquierdo de su rostro, siguiendo la línea de la mandíbula. Su testimonio ayudó a identificar a SCP-1692-1 y SCP-1692-2, donde encontraron dos cuerpos. Uno de ellos era muy parecido al de la mujer, con otro detalle: Le faltaban partes del lado izquierdo de su cabeza… incluyendo el ojo. La mujer negó cualquier relación con el cadáver, recibió amnésicos antes de ser liberada, y vivió su vida natural sin incidentes. Tras su muerte, la Fundación hizo un examen de ADN… y no había compatibilidad con sus familiares directos.
Ninguno de los estudios fue concluyente debido al extenso daño por desaminación hidrolítica en las muestras genéticas. Pero imagino que ya entiendes la naturaleza de SCP-1692: Atrae gente, los mutila y transforma de maneras impensadas, para dejarlos libres otra vez. ¿Qué es lo que quiere? ¿Cuál es su plan? Tal vez… algunas de sus copias ya son agentes de la Fundación. Yo podría ser una copia. También tú.